La historia de Will Smith parecía escrita para el éxito eterno hasta que una bofetada cambió el rumbo de su destino en los Premios Oscar de 2022. Lo que debía ser una noche de gloria, se convirtió en un bochorno internacional que lo dejó marcado como el villano inesperado de Hollywood. La industria le cerró las puertas, varios de sus proyectos fueron cancelados y la Academia le impuso un castigo de diez años lejos de sus ceremonias. Sin embargo, el llamado “Príncipe de Hollywood” no piensa irse sin dar batalla.
Hoy, después de una etapa de silencio, reflexión y hasta terapia psicológica, el actor está listo para volver y lo hará por la puerta grande. Su estrategia no es menor: un acuerdo millonario con Paramount y el respaldo de Westbrook, su propia compañía de entretenimiento, para levantar nuevos proyectos destinados a convertirse en franquicias. En otras palabras, Smith busca no solo regresar, sino reinar nuevamente en la taquilla mundial.
El renacer de Will Smith en Hollywood tras la polémica de los Oscar
Lejos quedaron los días en los que el protagonista de Men in Black se escondía de los flashes y evitaba hablar del tema con Chris Rock. Con lágrimas, disculpas públicas y entrevistas donde se mostró más vulnerable que nunca, Smith comenzó a reconstruir lo que parecía un imperio caído. La prensa lo tildó de “hombre roto y manipulado”, pero lo cierto es que nunca dejó de planear su regreso.
Ahora, con el anuncio de sus próximos proyectos, queda claro que su retorno no será tímido ni en papeles secundarios. Paramount lo ha colocado en el centro de la acción, confiándole dos películas que podrían marcar un antes y un después. La primera es “Sugar Bandits”, basada en la novela Devils in Exile de Chuck Hogan, donde interpretará a un veterano de guerra enredado en operaciones contra el narcotráfico. Un papel intenso, dramático y cargado de acción, muy al estilo que lo catapultó al estrellato.
Las nuevas apuestas: “Sugar Bandits” y “Rabbit Hole”
El segundo proyecto, aún más misterioso, lleva el nombre de “Rabbit Hole”. Apenas se sabe que Jon Spaihts, guionista de Duna, está detrás del libreto, lo que genera una enorme expectativa en el sector. Los rumores apuntan a que será un thriller psicológico con tintes de ciencia ficción, un terreno que Smith domina desde éxitos como Yo, robot. Pero no es todo. A la par, Smith prepara junto a Michael B. Jordan la esperada secuela de Soy leyenda, donde retomará el papel del solitario Robert Neville. Con este combo explosivo de películas, el actor planea sacudirse de una vez por todas la sombra de aquella bofetada y demostrar que su magnetismo en pantalla sigue intacto.
A pesar de los anuncios, la pregunta que flota en el aire es si el público realmente está dispuesto a perdonarlo. Las redes sociales aún se dividen entre quienes consideran que Smith ya “pagó su deuda” y quienes creen que su carrera jamás debería recuperarse del incidente. Paramount, sin embargo, parece apostar todo a que la estrella tiene todavía un imán inigualable para atraer espectadores. En definitiva, Will Smith quiere liarla a lo grande en Hollywood, y sus próximos proyectos podrían devolverlo al trono que una vez ocupó con autoridad. Su regreso no será discreto: será un golpe de efecto que, para bien o para mal, volverá a poner su nombre en el centro de la conversación mundial.