El Prinsjesdag 2025 no solo ha estado marcado por la tradición y la solemnidad de los actos oficiales en el majestuoso palacio Ridderzaal, sino también por un inesperado protagonismo en clave fashion: Victoria Beckham se ha consolidado como la nueva modista real de Europa. Lo que comenzó como una aventura de estilo con la reina Letizia de España ha cruzado fronteras hasta llegar a los Países Bajos, donde la princesa Ariane, la hija menor de los reyes Guillermo y Máxima, ha debutado con un vestido de la ex Spice Girl.
La joven princesa, que reaparece tras anunciar un año sabático “para reflexionar sobre sus próximos pasos”, dejó al público boquiabierto al llegar en carroza junto a su hermana Alexia. Su elección no fue casual: apostó por un diseño de Victoria Beckham en azul noche que, lejos de pasar desapercibido, encendió el radar de la prensa internacional y elevó el estatus de la diseñadora a símbolo de elegancia real.
Victoria Beckham, la diseñadora que conquista las cortes europeas
Si bien la primera en rendirse a este diseño fue la reina Letizia, quien en 2023 lo estrenó en Londres con un tono pistacho midi para la cena previa a la coronación de Carlos III, lo cierto es que Ariane ha sabido reinventarlo. Apostó por un modelo largo en satén de crepé azul intenso, con drapeado en la cadera y manga capa, que realzaba su figura y la proyectaba como una royal mucho más madura y sofisticada.
El vestido, valorado en 1.150 euros, no solo cumple con el riguroso dress code de gala, sino que además es una declaración de intenciones en términos de moda: sobriedad, modernidad y un toque de distinción británica. En un solo gesto, Ariane ha unido las pasarelas internacionales con la tradición monárquica, posicionando a Beckham en un exclusivo club donde muy pocas diseñadoras han logrado entrar.
De Letizia a Ariane: un mismo vestido, dos estilos que hacen historia
Lo fascinante de esta prenda es su capacidad de adaptarse a dos generaciones reales tan distintas. Mientras Letizia lo utilizó como un statement de sofisticación adulta, Ariane lo resignificó como símbolo de juventud y elegancia, uniendo pasado y futuro de la realeza europea bajo una misma silueta. Este fenómeno es lo que ha convertido al vestido de Beckham en un auténtico éxito de ventas entre celebrities y royals.
Además, la princesa completó su look con un tocado estilo casquete con velo de red, unos pendientes de zafiros y diamantes en cascada y unos guantes de piel a tono. Un estilismo digno de revista, cuidadosamente estudiado para dejar claro que la hija menor de Máxima no es una secundaria en la escena real, sino una protagonista en ascenso. El hecho de que dos casas reales tan influyentes como la española y la holandesa hayan coincidido en apostar por la misma diseñadora británica marca un antes y un después en la historia de la moda real. Victoria Beckham ya no es únicamente la ex Spice Girl reconvertida en empresaria de lujo: es, oficialmente, la mujer que viste a las reinas y princesas de Europa. Y lo hace con un estilo que combina minimalismo, poder y una buena dosis de estrategia comercial.