Durante años, Ariana Grande ha sido considerada una de las voces más potentes del pop mundial. Su carrera despegó de forma meteórica, alcanzando cifras de ventas que la colocaron por encima de estrellas consolidadas como Shakira. Con millones de seguidores en redes sociales, portadas, giras multitudinarias y múltiples premios, parecía que vivía el sueño dorado de cualquier artista. Pero la realidad que ocultaba detrás del escenario era muy distinta.
La cantante, que supera los 375 millones de seguidores en Instagram, ha sido objeto de escrutinio constante. Su físico, su peso, su rostro, incluso su cabello, han sido motivo de especulación y crítica pública durante años. Comentarios como “está demasiado delgada” o “ya no se parece a ella misma” se repetían a diario, sin contemplar que detrás de esa figura idolatrada había una persona vulnerable. Aprovechando el anonimato que otorgan las redes sociales, muchos haters dedican su tiempo a arremeter contra figuras mediáticas, arrojando duras consideraciones sobre el aspecto físico de los famosos. Y Ariana fue víctima de ello.

Ariana Grande arremete contra sus haters
No obstante, en un vídeo publicado en su cuenta de TikTok, Ariana decidió romper el silencio. Lo que comenzó como una reflexión sobre la cultura de opinar sobre el cuerpo ajeno, terminó siendo una confesión desgarradora. “Sé que no soy buena en esto, pero necesitaba hablar de algo importante”, empezó diciendo. Y entonces, sin rodeos, admitió que durante una etapa de su vida estuvo enganchada a las drogas y al alcohol.
Lo más impactante no fue la confesión en sí, sino lo que reveló después: muchos de los momentos en los que sus fans decían verla “en su mejor forma”, eran en realidad sus peores días. “Ese cuerpo que comparáis con el actual era mi versión menos saludable. Tomaba antidepresivos, bebía con frecuencia, comía mal y me sentía emocionalmente destrozada”, explicó.
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Revelaciones impactantes de Ariana Grande
Su mensaje fue claro: la salud mental no se ve desde fuera, y la belleza no siempre es sinónimo de bienestar. Ariana instó a dejar de opinar sobre los cuerpos ajenos, incluso desde la supuesta buena intención. “Nunca sabes por lo que está pasando alguien. Incluso si hablas desde el cariño, esa persona probablemente ya esté luchando internamente”, señaló.
La artista no se limitó a hablar de sí misma. Aprovechó su altavoz global para lanzar un mensaje de empatía y cuidado colectivo. “Debemos aprender a callar más y a comprender mejor. No todo lo que vemos es lo que parece”, concluyó.