Cristiano Ronaldo ya lleva una temporada y media en Turín, donde fichó por la Juventus hace dos veranos después de tantos años en el Real Madrid. El portugués es la personalidad que más ingresos ha generado por sus fotos en Instagram. A la estrella de la vecchia signora le gusta enseñarnos cómo vive el día a día su familia, cuántos músculos nuevos se le marcan en su trabajado cuerpo o cómo su pareja Georgina Rodríguez le pasa una máquina de depilar (o de hacerle cosquillas) por las piernas.
@cristiano
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Pero ahora quien ha hablado de su vida privada en su casa no ha sido él, sino su vecina de una lujosa zona elevada del norte de la ciudad italiana. Elizabeth «Betty» Borel, hija, por cierto, de un exjugador de la Juve de los años 30, ha hablado para Il corriere della sera y ha revelado algunas intimidades que ve de los Ronaldo-Rodríguez desde el balcón de su casa: "Cristiano es un vecino ideal. No hay fiestas, siempre hay mucho silencio. No se ha visto pasar nunca ningún coche que no sea los suyos por nuestro camino de casa". Nadie visita al jugador ni fastidia a los vecinos con fiestas. El único a quien ve es a él, "a menudo con un Rollos Royce con los cristales tintados, pero en el garaje tiene otros deportivos, como un Lotus. También tiene una bonita piscina cubierta y un pequeño jardín bien cuidado con flores de colores".
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A quien más ve la indiscreta vecina del futbolista es a su hijo mayor y a su mujer: "Veo a Cristiano Junior a menudo deambulando con su monopatín, arriba y abajo de la calle, siempre con los guardaespaldas detrás. Al igual que la madre, Georgina, seguida también por una niñera que la ayuda con los dos coches: un doble para los gemelos y otro individual". Quizás después de leer el diario italiano, Cristiano dejará crecer los árboles del jardín un poco más.