Joel Joan gusta. Mucho. Pero gusta sobre todo al público y no tanto a directores de TV3 ni a los directores de teatro. Sus tres series son éxitos, Plats bruts, Poca miseria y El crac. Sus obras de teatro agotan las localidades, como Escape room 2 ahora en cartel. Y su película adaptando la primera parte de la obra también fue un éxito del cine catalán. A pesar de eso, cuesta mucho ver a Joel Joan hacer nuevas series de TV3 o protagonizando obras de teatro que no se produzca él mismo: ¿por qué el gremio no lo contrata? La segunda temporada de El crac acabó en abril de 2017. Desde entonces nada, vacío total en TV3. Ni la esperada tercera temporada de El crac ni ninguna otra serie ni nada. Coproducirle Scape room la pelicula, entrevistarlo en todos los magazines e invitarlo a la Gala de los 40 años de TV3. Pero contratarlo, no. Antes de ponerse guapo para la gala que se grabó el martes por la noche y se emitirá el viernes en diferido pasó por Planta baixa
El viernes veremos a Jordi Évole, Santi Millán y Jose Corbacho, todos de la troupe Buenafuente, Carles Francino o Mari Pau Huguet. Faltan muchos nombres de 40 años, ya veremos si aparecen en persona o en vídeo. Estaremos atentos. Joel Joan no podía fallar, el primer galán de culebrón, de Poble Nou, el primer cliffhanger de TV3, Ferran Aiguader en coma, y el primer gran actro/director/productor con sensibilidad de país, indepe desacomplejado, y estrella, pareja de Anna Sahun y padre de tres hijas. Lo persigue la leyenda negra de ser difícil en el trabajo. Lo respondió a Agnès Maqruès.

Joel Joan no se pone de acuerdo con Sigfrid Gras ni cuando era el 2 de Vicent Sanchis ni ahora: "Es muy satisfactorio tener el director de TV3 para hablar de hacer cosas, ya hace tiempo que hablo pero las cosas que le presento no le acaban nunca de gustar. No hemos llegado nunca a ningún acuerdo", todo un dardo disfrazado de buena educación. Tampoco fue fácil que le compraran Plats bruts, fue Andreu Buenafuente quien lo exigió a TV3 como pack de Malalts de tele y la serie de Joel Joan y Jordi Sànchez. Es cierta en la leyenda negra de Joel Joan: "Trabajar conmigo es pesado. Tengo mala fama, de polémico, de difícil, de chico muy exigente. Estoy aprendiendo a trabajar más relajado, no poniendo tanta presión a mí y a los otros. Soy un tarado, yo no estoy bien. Al trabajo siempre le he dado una importancia que no tiene. He trabajado mucho y obsesivamente, quería hacer cosas chulas, trabajaba mucho y vivía poco. Ahora descubro cómo vivir la vida, hacer cosas cuando no trabajo. Tengo un trastornito obsesivito. Y no hace falta. Las cosas salen poniéndote menos estrés encima ni querer deslumbrar a todo el mundo. La parte buena es que haces Plats bruts y 25 años después aguanta y la gente se lo mira".

Joel Joan dispara al gremio: "Me siento bien tratado por el público. El público me salva, porque dentro de la profesión no levanto grandes pasiones. No me suena mucho el teléfono para hacer cosas. Sé por qué: soy una persona con una personalidad no sumisa. Ante un director hago preguntas que pueden incomodarle. Soy un tipo incómodo en general y los directores teatrales piensan qué ganas tienes de meter en tu espectáculo a Joel Joan y que te la lie por cualquier lado". En un teatro catalán lleno de capillitas, la de Àngel Llàcer, la de Lluis Pasqual, la de Mario Gas, la de Carol López... Joel Joan no entra dentro de ninguna. Es un verso libre. Muy libre. Grandioso Joel Joan.