Jordi Basté lleva años haciendo entrevistas. En RAC1, sin ir más lejos, el periodista catalán ha entrevistado a decenas, centenares, miles de personas que han pasado por los micrófonos de su programa, el más escuchado de Catalunya. Suponemos que muchos le habrán dicho la verdad... Pero también, seguro, que muchos no habrán sido 100% sinceros ante las preguntas que les ha hecho el locutor.

¿Sinceridad o sincericidio? ¿Hace falta ser sinceros siempre y decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, como si estuviéramos en un capítulo de Perry Mason? Este fue el leitmotiv del Obrim fil de Xavier Sardà de este jueves por la noche en TVE.

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Jordi Basté y Xavier Sardà / TVE

¿"Te gusta que sean sinceros contigo"?, le pregunta Sardà a Basté, uno de los invitados de esta semana. "Depende. No. Depende. Si ahora viene un médico y me encuentra alguna cosa fea, no quiero que sea 100% sincero conmigo, quiero que me maquille la verdad, no quiero que me diga que me moriré de aquí tres meses".

Basté también piensa que la sinceridad, en algunos momentos y según quien lo diga, puede ser un ejemplo de mala educación. Pero probablemente no se refería, con esta idea, a los políticos. Profesionales de, a menudo, hablar y no decir nada, la clase política ha hecho un arte de decir siempre lo que les conviene para seguir su hoja de ruta y no desviarse o no osar, ¡sacrilegio!, decir que se han equivocado, que la oposición ha tenido una idea mejor o pensar en algún momento en los ciudadanos y no en sus propios intereses.

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Jordi Basté y Xavier Sardà / TVE

"Muchas veces, a muchos políticos que vienen les diría: 'Para decirme eso, váyase a casa y no hace falta que venga', dice. Pero es el pez que se muerde la cola: los políticos tocan el violín y no dicen la verdad y Jordi también se muerde la lengua para no decirles a la cara lo que piensa de que le tomen el pelo.

¿"Los políticos no son sinceros"? pregunta Sardà. ¡"No, hombre! ¡Eso es evidente! La primera vez que venga un político con dos dedos de frente, no populista, y sea sincero, tiene un recorrido en el siglo XXI ganado, admirable. Y no hay ninguno. No conozco a ningún político que por miedo quiera ser sincero, porque todo es una táctica", dice él. "Son robots, cuando hacen la entrevista, en lugar de mirarte a ti, miran al asesor o al jefe de gabinete".

Sardà, que ha ido muchas veces a la tertulia de Jordi Basté a El món a RAC1, toma la palabra y revela qué hace realmente el presentador cuando se llega a una pausa publicitaria: "Programa de seis horas diarias. Dices: 'ahora él descansará un poco'... ¡No! Se levanta y empieza a hacer unas elucubraciones extraordinarias". Y Basté: "Claro, porque yo creo que lo que digo es una burrada, prefiero no hacerlo público. En las pausas publicitarias es cuando se dicen las grandes verdades de la vida. En aquel momento soy un Sardà, un show. Como estoy sordo, en la pausa publicitaria chillo más de la cuenta".

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Jordi Basté y Xavier Sardà / TVE

Por cierto, de las muchas cosas sensacionales que dijo Basté durante el programa, miren cuando explicó, de manera sincera, cómo fue la primera tortilla de patatas que cocinó para los amigos:

Un programa sensacional, una vez más. Y lo decimos con toda la sinceridad del mundo.