RTVE ha decidido prevenir antes que curar, y es que en la última entrega de MasterChef, la cadena estaba viviendo un déjà vu en toda regla. El concurso de cocina hace tan solo unas semanas estrenaba la 12.ª edición de concursantes anónimos, con un casting completo decidido a darlo todo entre fogones. Y bien, todos conocemos como funciona el formato: presión, concentración, nervios y exigencia, sobre todo de la mano del jurado, los cuales se encargan de valorar y juzgar el trabajo de los aspirantes.

Un cargo que se les fue de las manos en el último capítulo, cuando Tamara, una de las concursantes, decidió abandonar el concurso para preservar su propia salud mental. Aparte de dejar entre lágrimas a algunos compañeros, y también a gran parte de los espectadores, lo que más destacó fue la reacción del jurado al conocer la noticia, especialmente Jordi Cruz, quien parecía que hubiera enloquecido y reaccionó a la altura de una dictadura, le decía adiós sin rodeos. Atentos.

Después de unas últimas entregas con una Tamara tensada con algunos compañeros, y miembros del jurado, sentía que no estaba gestionando demasiado bien el concurso, no se sentía cómoda y, como rectificar es de sabio, comunicó que colgaba el delantal. Una decisión valiente, que tuvo que tomar para mirar por ella misma."No estoy dando todo lo que me gustaría y constantemente estoy nerviosa, en tensión, con presión (...) No estoy bien"  Parece, pues, que provocó una reacción totalmente contraria por parte del jurado, especialmente para Jordi Cruz. "Pepe te está haciendo preguntas. Yo no te haría ninguna. Solo te diría: 'Muy bien. Chao'. Le has quitado la oportunidad a mucha gente...Dame su delantal, y su puerta" Una actitud seca, gélida y con muy poca compasión ante una participante que no se había sentido nada cómoda en el concurso, en parte responsabilidad del jurado. Muy fuerte.

La reacción de Jordi Cruz, y las palabras desafortunadas de Samantha sobre los familiares de la joven, hicieron explotar a la red, planteando públicamente un debate sobre la responsabilidad de salud mental que tendría que mantener un concurso como este. El alboroto ha sido tan grande, que la protagonista, aparecía en un vídeo dando unas explicaciones cortas, claras y concisas sobre su paso televisivo:"No sabes como es el juego hasta que lo juegas, y lo de acatar órdenes no es un problema El constante enfrentamiento entre compañeros, sacar salseo, que juzguen mi trabajo, que se debata a quien quiero más o no aprender cocina son algunos de los motivos por los que decidí irme del programa. (...) Les he generado yo más engagement que cualquier otro concursante hasta el momento"  No podía parar de recibir aplausos, la red y la concursante hundían totalmente la reputación de un programa que ya tenía el historial un poco manchado.

Después de analizar todo este revuelo multitudinario, en el cual incluso se añadió a Mónica García, la ministra de sanidad. Radiotelevisión española decidía dar un paso atrás y reconocer el error de la emisión: suprimía el capítol de la plataforma, y tiraba el siguiente comunicado: "La Corporación ha eliminado de RTVE Play y de sus redes el último programa de MasterChef. Lamentamos la emisión de un contenido que no debió suceder. La dirección ha reforzado los controles internos para evitar episodios similares. RTVE reitera su compromiso con la salud mental." La situación del abandono fue tan delicada que a muchos los recordó al caso de Verónica Forqué y su final fatídico.

La cadena pública no querría repetir la misma situación, y por eso habría decidido borrar completamente este capítulo de la temporada con el fin de no repetir ningún suceso como el anterior y a la vez reforzar su discurso sobre la salud mental. Parece, pues, que MasterChef se tambalea, después de estas dos manchas costará remontar el clásico concurso de cocina.