El relevo generacional ya no es una hipótesis lejana dentro del universo Rosa Clará. Es un proceso que se está activando paso a paso, sin estridencias ni anuncios grandilocuentes, pero con una hoja de ruta clara. La diseñadora catalana ha comenzado a ceder responsabilidades estratégicas a su hijo, Dani Clará, llamado a tomar las riendas del grupo en los próximos años. La decisión llega en un momento simbólico: la firma celebra tres décadas convertida en el mayor referente español de moda nupcial.

Rosa Clará Dani Clará
Rosa Clará Dani Clará

Lejos de suponer una retirada abrupta, Clará ha optado por una transición pausada. Quiere garantizar que el proyecto que levantó desde cero siga creciendo con la misma identidad, pero con una nueva generación al mando. Mientras tanto, ella continuará vinculada a la parte creativa, el corazón de una marca que ha sabido evolucionar sin perder coherencia.

El aniversario coincide, además, con una etapa especialmente favorable para la empresa. El grupo opera actualmente en más de 80 países, con alrededor de 4.000 puntos de venta, y trabaja en la construcción de una nueva sede corporativa de gran envergadura. Las previsiones internas apuntan a un crecimiento sostenido, cercano al 7% en 2025, confirmando una dinámica ascendente que ya reflejan los resultados económicos de los últimos ejercicios.

Rosa Clará triunfó con sus vestidos de novia 

La sociedad matriz, White Factory Holding, cerró 2023 con una facturación de 71 millones de euros, mejorando cifras de años anteriores. Todo ello sin recurrir a capital externo, manteniendo el control absoluto en manos de la familia. Un modelo poco habitual en un sector tan globalizado, pero que ha sido una de las claves de su estabilidad.

En paralelo, la firma ha reforzado su peso institucional dentro de la moda española, con la entrada de Rosa Clará en la Asociación de Creadores de Moda de España. Un movimiento que también visibiliza la consolidación del sector nupcial dentro de los grandes foros de diseño. A nivel creativo, las colecciones previstas para 2026 funcionan casi como un recorrido por su legado: líneas que van de la alta costura a propuestas más fluidas y contemporáneas, reflejo de una marca que ha sabido adaptarse al paso del tiempo.

El deseo de orden y continuidad no es casual. Durante años, la diseñadora ha tenido que convivir con un largo conflicto judicial derivado de su divorcio, que culminó en una sentencia millonaria en 2022. Aunque ese episodio no frenó la expansión del grupo, sí añadió una presión innecesaria. Hoy, su prioridad es dejar todo atado, sin frentes abiertos, pensando tanto en el futuro de la empresa como en el de su hijo.

Treinta años después de abrir su primera tienda en Barcelona, lo que empezó como un proyecto casi doméstico se ha convertido en un imperio internacional. Ahora, Rosa Clará observa ese camino recorrido con la serenidad de quien sabe que ha hecho los deberes. Y también con la tranquilidad de haber preparado el terreno para que la historia continúe, aunque ya no sea ella quien marque cada paso.

DESFILADA ROSA CLARÁ 2  EFE
DESFILADA ROSA CLARÁ 2 EFE