Rocío Crusset ha heredado la voz de su padre, Carlos Herrera, y la belleza de su madre, Mariló Montero. Con ese cóctel genético era difícil que pasara desapercibida. A sus 31 años se ha convertido en una de las modelos españolas más reclamadas y, mientras la prensa sigue buscándole pareja y futuro, ella insiste en hablar de lo que realmente le importa: su trabajo, sus rutinas y cómo logra mantenerse en forma sin renunciar a los placeres de la vida.

La sevillana acaba de presentar su nueva campaña para Calzedonia y, en una entrevista con ¡HOLA!, ha confesado uno de sus secretos mejor guardados: el movimiento constante. “No me privo de nada, pero soy muy activa. Camino mucho, viajo, trabajo de pie, hago deporte…”, explica. Parece sencillo, pero cualquiera que haya probado a pasarse horas de aeropuerto en aeropuerto sabe que mantenerse impecable no es tarea fácil.
Crusset lleva años sobreviviendo a un calendario frenético, entre pasarelas, sesiones de fotos y campañas publicitarias. “Viajo tanto durante el año que en verano prefiero playa, quedarme cerca, estar en casa y disfrutar de los míos”, reconoce. Y es que el descanso también es parte de su estrategia. Cuando toca desconectar, lo hace rodeada de su familia y amigos, sin lujos excesivos, pero con la calma que no siempre puede encontrar en su día a día.
No prohibirse nada, sino en escuchar al cuerpo
En lo que respecta a la alimentación, Rocío asegura que la clave no está en prohibirse nada, sino en escuchar al cuerpo. “Ahora soy más consciente de lo que necesito. Cuando estoy en casa cocino platos sencillos pero nutritivos que me recargan de energía”, admite. Entre maletas, cambios de horario y vuelos interminables, la modelo ha aprendido a cuidarse con disciplina, sin caer en extremos.
Su carrera le ha llevado a trabajar para gigantes de la moda como Victoria’s Secret y ahora repite éxito con Calzedonia. Además, no se conforma con desfilar para otros: hace unos años lanzó su propio proyecto, Crusset Studio, una firma con la que plasma su visión del estilo y rinde homenaje a su apellido artístico.
Eso sí, aunque pisa fuerte en la moda, su rutina no se limita al gimnasio. En redes sociales suele mostrar otro de sus trucos: una esterilla y una simple banda elástica con la que realiza entrenamientos caseros. Un método práctico que demuestra que no hace falta un ejército de entrenadores personales para lucir espectacular.
En definitiva, Rocío Crusset no vende milagros ni dietas imposibles. Lo suyo es constancia, disciplina y, sobre todo, no perder el equilibrio entre la vida personal y profesional. La modelo que “trabaja de pie” se ha convertido en un ejemplo de cómo brillar sin dejar de ser terrenal.