Eduardo Casanova, conocido por su papel de Fidel en Aída, se ha construido una meteórica carrera como director de cine. Con sólo 26 años, ya tiene en su currículum una serie de proyectos que han sido todo un éxito. Risto Mejide lo ha invitado a su Chester para entrevistarlo, y han acabado bastante enemistados.

La conversación consiguió un 6,8% de share en Catalunya, con tiempo para hablar de la situación catalana: "Vivimos en un momento extraño y triste en la política española. Me pongo triste, es como cuando lo dejas con una pareja. Mi única esperanza con respecto a la política española está en las nuevas generaciones".

Todo empezaba, por eso, dando un repaso por la vida profesional del joven. Desde bien pequeño tuvo claro qué quería ser de mayor, empezando a actuar en Aída con 12 años: "Era un bebé. Me da como vergüenza, pero no me horrorizo, allí todo era absoluta felicidad. Lo echo mucho de menos".

Orgulloso del trabajo que hace, aseguró que se echaba a llorar cuando no iba a trabajar: "Yo no me drogo, pero seguramente sea parecido a lo que siento cuando dirijo". Pieles es la primera película del madrileño, la que llegó a estrenar en la Berlinale.

La crítica la ha puesto por las nubes, pero Casanova no encontró en Risto un fan: "El equipo del programa me pasó todos tus trabajos y no he podido verlos. Me dan asco". Así de duro se mostró el publicista, evidenciando su rechazo: "Me da asco ver a una chica con el ojete en la cara, lo siento mucho". Haciendo referencia al cartel:

cartell peli eduardo casanova

El director no calló, por eso, criticando que lo atacara así: "Todos tenemos prejuicios, pero hay mucho más que un ojete en la cara detrás de Pieles, es una metáfora de muchas cosas. Mira la película en mi casa. Así te doy la mano cuando te dé miedo", le lanzó.

La película es controvertida, eso es innegable, un estilo de cine especial y diferente del corriente. El argumento sigue la historia de personas físicamente diferentes obligadas a esconderse. Una crítica a la sociedad, condicionada por el físico.

Otra entrevista en la que Risto se ha mostrado sin pelos en la lengua, sin importarle demasiado quedar bien ante su invitado.