La Gala del Balón de Oro creó un consenso entre todos los fanáticos del fútbol sobre el error en la clasificación de dos jugadores: Pedri, el mejor mediocampista del mundo que salió undécimo, y Raphinha, el jugador más letal del Barça durante la campaña pasada que salió quinto. El jugador brasileño protagonizó una temporada de ensueño durante el curso pasado, porque hizo volver la ilusión culé a Can Barça. Goles, asistencias y creación de juego, el futbolista se convirtió en el capitán, a menudo sin brazalete, que el Barça necesitaba en los momentos más complicados. Raphinha es pasión, Raphinha es intensidad, Raphinha es amor por los colores blaugranas en estado puro y esta temporada promete dejarnos momentos iguales o mejores que la pasada.

Aparte de todo lo que puede aportar dentro de los terrenos de juego, el brasileño es uno de los futbolistas más queridos del vestuario porque, tal como dijo él mismo en una publicación, mata y muere por cada uno de ellos. Raphinha, aparte de intenso, es un hombre de amores, por el Barça, por el fútbol y por su mujer Natalia Rodrigues. Sin duda, el dúo es una de las parejas con más amor en todo el panorama culé y siempre presumen de momentos juntos acompañados de su hijo, Gael, que es precioso. Cada vez que el futbolista tiene algún rato libre de los entrenamientos y los partidos, siempre tiene clara su mejor compañía, la familia, con quien se llena la agenda de planes espectaculares.
Obviamente, ayer, ni Natalia, ni Gael fallaron en una de las ceremonias más importantes del mundo del fútbol y protagonizaron una de las imágenes más tiernas de la gala en la alfombra roja. Eso sí, el acontecimiento acabó muy tarde y, para un niño pequeño de dos años como Gael, se hizo larga la espera para conocer al ganador del Balón de Oro. Hoy, Natalia, aparte de compartir alguna publicación sobre la polémica posición de su marido en la clasificación para ganar el anhelado trofeo, nos ha regalado una escena preciosa del brasileño haciendo de padre, atentos. Raphinha, vestido con el esmoquin, coge en brazos a su hijo, que duerme con la cabeza encima de su hombro. El futbolista se mueve mientras mira la calle con tranquilidad y la WAG titula el vídeo así: "Alguien no pudo aguantar hasta el final".
El momento es precioso y muestra el lado más íntimo de Raphinha. Porque sí, el brasileño ha demostrado que, aparte de ser uno de los mejores jugadores de la plantilla, también es un padre espectacular. Realmente, el culé lo sabe hacer todo, jugar a fútbol, cuidar a su hijo y sorprender diariamente a su pareja con su amor. Qué joya. Ojalá hubiéramos visto al jugador culé levantar el Balón de Oro, pero el mejor premio ya lo levantó antes de acabar la gala, Gael.