Ha sido uno de los entrenadores que más emocionados estaban cuando ficharon por el Barça y que más se fue con el rabo entre las piernas cuando le echaron. Un bluf en el banquillo azulgrana, que nunca se hizo con el control y el respeto del vestuario (de hecho, lo tomaban como al pito del sereno), y eso que venía con la aureola de practicar un buen juego con sus anteriores equipos, amante del tiki-taka y discípulo, decían, del estilo de Johan Cruyff. Pero lo único cierto es que fue más motivo de mofa y de ponernos de los nervios a los culés que cualquier otra cosa. Hablamos de Quique Setién.

Vino por sorpresa sustituyendo a Ernesto Valverde y perpetró unos meses en el banquillo donde lo que más se le recuerda fue la humillación del Bayern de Munich en la Champions, aquel 2 a 8 en Lisboa y una temporada en blanco. El entrenador cántabro no fue capaz de convencer a Messi, Piqué, Jordi Alba, Dembelé, Pedri, Riqui Puig, Griezman y compañía de su filosofía y salió por la puerta de atrás. Un entrenador que no será recordado en Can Barça con una sonrisa, aunque él estaba como un niño con zapatos nuevos cuando fichó por el club azulgrana, y en todo momento no paraba de decir que estaba muy agradecido y que era un placer ver entrenar a los jugadores y que aprendía mucho de ellos... Unos elogios que estaban bien, pero que todo el mundo echó de menos más mano en el timón, más imponerse, más saber qué quería y cómo transmitirlo a sus jugadores.

Colocan Messi Barca EuropaPress
Quique Setién con Messi / EuropaPress

Después del banquillo azulgrana, Setién fichó por el Vilarreal, que también lo echaron antes de tiempo después de una dinámica de juego y de puntos lamentable. Con este panorama, veremos cuál será el nuevo destino de Quique Setién, si es que algún día vuelve a los banquillos de algún equipo. Mejor le iría dar rienda suelta a su otra pasión, fútbol aparte, el ajedrez. El de Santander es un verdadero apasionado y siempre que puede, se pone delante de un tablero a darle vueltas a la cabeza y pensar el mejor movimiento para sus peones, torres, reinas, álfiles, caballos y reyes. Una pasión que lo ha llevado este fin de semana a Menorca. ¿Dónde?: en el tercer Open Ciudad de Menorca, donde ha tenido la oportunidad de reencontrarse con este "juego apasionante", y donde algunas de las personas que se han sentado delante al otro lado del mostrador le han puesto las cosas realmente difícil, tal como él mismo reconoce, y donde también ha tenido la oportunidad de recibir los consejos de un maestro, un GM catalán, un tipo encantador, cerebro privilegiado y jugador excelso, aparte de una gran persona, Miguel Illescas.

Viendo cómo le fue en el Barça, quizás le iría mejor seguir profundizando en los enroques y los jaque-mates.