Los espectadores de TV3 pueden estar tranquilos, porque cada día que pasa queda menos para otra temporada de uno de los programas favoritos de la cadena. Efectivamente, como vimos hace unos meses, El foraster enfoca una nueva campaña y lo hará, como siempre, de la mano de Quim Masferrer. El presentador es una de las figuras más carismáticas de Catalunya y se ha convertido en una apuesta segura para el entretenimiento de TV3. Con una camisa de cuadros, gafas y un micrófono, el protagonista hace magia en sus conversaciones con la buena gente de todo el territorio y siempre consigue hacer reír, enamorar y tocar la fibra de todos los espectadores que se aventuran a ver los episodios.
Realmente, Masferrer gusta en todas partes y, obviamente, su talento único para saber qué decir en cualquier momento lo aprovecha en cualquier escenario. Cuando no aparece en la televisión, de hecho, encabeza el Bona gent, un espectáculo en directo en los teatros en que mantiene conversaciones con los miembros del público. Ahora, mientras los espectadores se frotan las manos para volver a verlo en la próxima temporada de TV3, el presentador apareció a Llapis de memòria, de SER Catalunya, en que protagonizó una entrevista hablando de todo. De esta forma original lo presentaban: "¿Qué se siente cuando sabes que eres el máximo culpable que el término forastero en Catalunya haya pasado de tener una connotación negativa a ser una cosa positiva?".
Masferrer se asusta y empieza una conversación espectacular donde habla sobre su programa, sobre el término buena gente, sobre el teatro... Pero los mejores momentos nos los ha regalado hablando de sus inicios, porque sí, como dice el locutor: "Fue uno de aquellos niños que se crió detrás de una barra de bar sirviendo carajillos, atendiendo a la gente...". Efectivamente, de hecho, atentos a cómo describe su casa: "La televisión de mi casa era la televisión del bar. Es decir, en mi casa no había un salón con un sofá... Comíamos en la cocina del restaurante, esta era la cocina de nuestra casa... El comedor era el comedor de nuestra casa, el mismo comedor de los clientes. El bar, que estaba donde había la televisión, era donde yo miraba partidos de fútbol...".
Eso sí, hablando del pasado, el protagonista confesó el momento difícil de decirle a sus padres que no quería seguir el negocio y quería ser actor: "Ahora, aunque al padre y la madre les supo mal que yo les dijera que no, que hubiera roto esta norma no escrita... Era una generación que venían de donde venían y que tener un trabajo más o menos asegurado, próspero, porque iba bien y que de sopetón el hijo diga que no la quiere, dices... ¿Tú qué? Yo entendí que ellos no me entendieran... Lo que me gusta mucho es que en aquellos momentos yo fui suficiente... Es de las cosas que estoy orgulloso, que es de decir, es normal que el padre y la madre estén enfadados, es normal que ellos no te entiendan, porque vienen de otra época, casi de una posguerra...". Ahora, sin embargo, ellos son sus fans número 1 y recuerda la conversación con su padre: "Recuerdo a mi padre que decía, ¿payaso? ¿O qué?... Sí, sí, con un toque como despectivo, que también lo entiendo, lo tenemos que contextualizar todo". Quim Masferrer, espectacular, como siempre, en casa, aunque costó al principio, tiene a sus espectadores más fieles, sus padres.