La situación política y social en Irán es absolutamente aterradora. La república islámica está viviendo una revuelta ciudadana y femenina, provocando la represión sistemática y cruel de sus fuerzas de seguridad contra aquellas que osan hacer frente al establishment, a las imposiciones y a la barbarie bajo la trampa de la moral y la tradición. Buena parte del mundo lo mira con los ojos como platos, escandalizado por la violencia impune del régimen. Pero no sólo por este motivo, ni mucho menos. Hay quien encuentra igualmente terrorífico el silencio de aquellos que, teóricamente, defienden posiciones basadas en la libertad. Y la escritora Pilar Rahola es una de ellas: a la catalana no le tiembla la voz para identificarlos: la izquierda. O mejor dicho, determinada izquierda global.

Rahola dedica un nuevo vídeo en su canal de Youtube al análisis de esta tragedia. Y lo hace más enojada que nunca, a raíz del asesinato de una niña de 16 años por no cantar el himno en forma de protesta. "La han matado en golpes. Llevamos centenares de muertos. Ya no es solo Masha Amini, son centenares. Y continuan luchando, y estos callan y callan. ¿Dónde están las manifestaciones en Barcelona, en Buenos Aires, en París, en Madrid, en Caracas? ¿Dónde está el parlanchín de Maduro, el parlanchín de Fernández en Argentina? ¿Dónde están todos estos progres ante la matanza sistemática? Si las balas fueran americanas estaríamos sublevados. Si fueran israelís ya tendríamos el crimen de lesa humanidad. Cuando son balas iranís, ¿a quién importan?".

Rahola hace un análisis personal y profundo sobre el papel que estos regímenes de izquierda han jugado a lo largo de la historia por todo el mundo. Un fenómeno que este 2022 tiene un ejemplo muy claro en Irán. "Hay una izquierda que ha vociferado mucho a favor de la libertad pero en realidad nunca la ha defendido. Los yankees eran lo peor de la humanidad, pero en cambio se defendía a Stalin, que era "amigo del pueblo". Era esa izquierda que vociferaba contra las dictaduras fascistas, los Pinochet, los Videla, pero en cambio elevaban a los altares a las dictaduras de izquierda como los Castro, que también fusilaban gente. Esa izquierda histórica ha mutado en el siglo XXI en una izquierda torticera que tiene doble mirada, bizca". Habla de Venezuela, de Bolivia, de Argentina, "los artífices de la entrada masiva de la Guardia Revolucionaria iraní que está copando elementos y zonas estructurales, y sobre todo logísticas, en Latinoamérica. El pacto de Caracas con Teherán, el pacto de Chávez en su momento con Ahmadineyad, fue el pacto del Mal con el Mal. Y sin embargo se hacía en nombre del pueblo". Las considera una "izquierda populista que se obsesiona permanentemente con Israel, el summum del mal, y cada vez que un palestino muere, claro, estamos ante un crimen de lesa humanidad, pero nunca lloró a un solo judío muerto por el terrorismo palestino. Por supuesto que hay que criticar a Israel si lo hace mal, ¿pero nunca hablar del terrorismo palestino? No, esto no existe. Porque esa izquierda reaccionaría solo considera que el mundo es plano, en blanco y negro. Malos y buenos".

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Protestas contra el régimen de Irán por la muerte violenta de Mahsa Amini / EFE

Pilar afirma que esta izquierda no defiende la libertad, "sino que la pisotean. Es la que ahora calla ante los crímenes terribles y atroces que se están perpetrando en Irán. ¡Es la izquierda del feminismo, venga a luchar por los derechos de la mujer, ¿pero qué causa de la mujer es más importante en el mundo que la causa de la mujer bajo el yugo del islamismo de la sharia? ¿Qué heroes más importante hay que las mujeres que luchan Arabia Saudita, en Irán ahora en estos momentos muriendo?". Son "reaccionarios e hipócritas que odian los valores occidentales. Y en cambio respecto al mundo islámico tiene un paternalismo enfermizo y suicida que les hace considerar que todo es de un buenismo absoluto". Por todo eso, la autora sentencia: "Acuso directamente al pensamiento teóricamente crítico de la izquierda que ante una barbaridad como la que está ocurriendo en Irán calla, silencia, otorga y se convierte por tanto en cómplice".

 

Rahola remata: "Estoy horrorizada ante el silencio, porque la muerte, la resistencia, la lucha de las y los iranís contra un régimen teocrático y asesino no le importa a casi nadie. Que no vuelvan a hablar de libertades algunas izquierdas. Ustedes las pisotean, las manchan con su complicidad. La libertad les va muy grande".