El mundo de la decoración se rinde ante el estilo único de Nuria Roca y Juan del Val, que han convertido su casa en Madrid en un auténtico escaparate de personalidad. Mientras otros apuestan por líneas simples y minimalistas, la pareja televisiva grita a los cuatro vientos que en su universo no hay espacio para la sobriedad. La vivienda, de paredes de cristal y rincones saturados de detalles, se ha transformado en la extensión natural de su carisma mediático.
La presentadora de El Hormiguero, a sus 51 años, se ha erigido en un referente de estilo gracias a su capacidad para combinar colores, texturas y muebles imposibles. Y no, aquí no hay lugar para el vacío decorativo. Cada pared cuenta una historia, cada alfombra parece competir con la anterior y cada rincón se convierte en escenario de los famosos selfies que Roca comparte en redes sociales.
La casa de Nuria Roca: paredes de cristal y un salón que rompe esquemas
El salón de la casa es, sin lugar a dudas, la joya de la corona. Un espacio dominado por un sofá XXL que invita a perderse durante horas, rodeado de estanterías donde los libros se amontonan como si fueran parte de la decoración misma. El contraste entre acero, madera y cristal ofrece un aire industrial que, lejos de resultar frío, se convierte en una explosión de calidez gracias a la saturación de alfombras y cojines. Lo más llamativo son las paredes de cristal que dividen las estancias, permitiendo que la luz natural inunde la casa y otorgue una sensación de amplitud que no necesita trucos. Desde este espacio, Nuria y Juan disfrutan de vistas privilegiadas al jardín, un oasis privado que parece diseñado para presumir tanto como para relajarse.
El exceso decorativo: más cuadros, más lámparas y más colores
El recibidor ya adelanta el despliegue de fantasía visual que aguarda en cada rincón. Un gran espejo, lugar favorito de la presentadora para mostrar sus looks, abre paso a paredes cargadas de fotografías enmarcadas con colores vibrantes, lámparas excéntricas y muebles que parecen sacados de un catálogo de tendencias. Aquí, la regla es clara: nunca es suficiente. La cocina rompe la dinámica, sorprendiendo con un espacio blanco inmaculado, coronado por una isla central que aporta un contraste radical frente al resto de la vivienda. Es el único respiro cromático en una casa donde la saturación es norma. Aun así, la funcionalidad no se pierde: es un lugar amplio, luminoso y perfectamente adaptado al ritmo frenético de la familia.
Lo más curioso de este hogar no es solo su estética, sino cómo refleja la personalidad de la pareja. Nuria Roca y Juan del Val son dos apasionados de la lectura y la escritura, algo que se percibe en cada rincón repleto de libros. A esto se suman rincones diseñados para desconectar: chaise longues estratégicamente ubicados y butacas pop de piel. El dormitorio, en cambio, sorprende por su sencillez. Decorado en tonos blancos y bañado en luz natural, es el refugio íntimo donde los excesos quedan fuera para dar paso a un ambiente más relajante. Sin embargo, incluso en esta estancia se cuelan los guiños al estilo ecléctico de la presentadora, demostrando que el minimalismo absoluto jamás será una opción en esta casa.