La imagen que ilustra esta pieza muestra a Vinicius con cinco estrellas encima de la cabeza, las estrellas que acreditan las cinco copas del mundo que ha ganado la verdeamarelha, la selección canarinha, Brasil. Pero escuchando al jugador y viendo la reacción de la caverna mediática, bien podría ser que en lugar de cinco estrellas de campeones del mundo, fuera una corona de espinas. Porque a lo que estamos asistiendo estos días con el jugador del Madrid es casi a una canonización del futbolista, al cual muchos quieren mostrar como si fuera un santo. Vinicius jr. ha alborotado a todo el mundo con la comparecencia de prensa previa al partido amistoso que juegan esta noche en el Santiago Bernabéu las selecciones de España y Brasil. Sus palabras ("Cada vez estoy más triste, cada vez tengo menos ganas de jugar, pero yo voy a seguir luchando. Es muy triste lo que está pasando aquí, en cada partido, cada día. Los negros sufren en el mundo. España no es un país racista, pero hay mucho racista aquí y muchos de ellos están en los estadios") y especialmente sus lágrimas, han dado la vuelta al mundo.

Así se hacían eco en El Chiringuito de las palabras y las lágrimas de Vinicius. En el mismo programa, por cierto, otro jugador, ex jugador en este caso, negro, también madridista, Javi Balboa, hacía una reflexión pertinentísima sobre qué pasa realmente con Vinicius. Para que vaya de antemano una cosa clara: no al racismo, basta de actitudes xenófobas e insultos por el color de la piel de cada uno. Sin piedad ni medias tintas. Que la ley actúe sobre los racistas de manera inapelable. Que no entren nunca más en un campo de fútbol, por descontado. Y que la justicia haga lo que tiene que hacer con los imbéciles que insultan a Vinicius o a cualquier otro jugador por su color de piel. Pero Balboa, y también Petón, han recordado por qué se le insulta a él y no a compañeros de vestuario como Rudiger, Tchouameni, Camavinga, Álava, Mendy, Rodrygo o Bellingham.

Y es que por mucho que haya racistas que aprovechan para vomitar su odio contra Vinicius, cosa, repetimos, absolutamente despreciable, también es cierto que a quien se insulta es a Vinicius, y no a otro. Y se le insulta por impresentable, mal compañero y un ejemplo de todo lo que no tiene que ser un deportista modélico. Un presentador que considera que las lágrimas del brasileño son de cocodrilo, que ya no se lo cree, es el único que ha tenido las narices de criticar públicamente al jugador del Madrid desde su informativo en la televisión valenciana. ¿Quién? Nacho Cotino, de Deportes La 8 mediterráneo. En su día ya lo tildó de "Nelson Mandela de plastilina", por lo que pasó en Mestalla en un partido Valencia-Real Madrid, pero ahora ha ido más allá.

Brutal rajada que empieza con un "enternecedor, ya tienen la imagen del puño en alto, la ración de lágrimas de cocodrilo y esta noche tendrán la puesta en escena del Bernabéu elevando a los altares a un futbolista maleducado con los rivales, árbitros y gradas contrarias". Cotino sigue atizando a Vinicius y la caverna que le baila el agua al jugador madridista: "la mentira tiene las patas muy cortas y a este elemento se le vio el plumero hace muchísimo tiempo. Dice el chico que está solo y que no le hacen caso, cuando tiene a todo el aparato mediático madridista detrás, y ya verá cuando se le vuelva en contra en el momento que el jefe así lo mande. Cuando hizo cerrar una grada, la de Mestalla, por cuatro partidos, cuando se apagó el Cristo Redentor de Río de Janeiro y cuando le dieron el premio ese de la galleta para que estuviera contento".

El periodista alucina con el partido de este martes, "pese a que es una ínfima minoría, indefendible por supuesto, la que le menosprecia por el color de su piel. El desprecio que despierta, mayoritariamente, nada tiene que ver con el racismo y sí con la alergia al mal ejemplo que desprenden personajes de su escasa estatura moral, que nada tiene que ver con quienes de verdad se han dejado la piel y se la siguen dejando luchando muy dignamente contra el racismo". Y atención a la guinda final: "Ahora solo falta saber a cuánto se paga la lagrimita"... Ultras insultando a Cotino en cero coma. Hiperventilados madridistas aparte, sin embargo, aplaudiendo con las orejas:

Brutal Nacho Cotino.