Miguel Bosé actuó en el Palau Sant Jordi la semana pasada en un retorno a los escenarios después de casi 10 años que no ha levantado la expectación esperada. Un recinto, el mayor del país bajo techo, medio vacío, 8500 catalanes son pocos en el Sant Jordi, para escuchar un mito de la música que ha entrado en decadencia en los dos aspectos, el musical y el personal. Ninguna de las dos vertientes hace atractivo a Bosé: ha perdido la voz hasta el punto que la prensa revela que sus conciertos son en playback, y ha perdido la aureola de personaje misterioso y seductor. Ahora es un cuñado con delirios antivacunas y contra la tecnología 5G. Bosé volvió a Barcelona como lo que es, un hombre mayor, rico y alejado de la realidad. Escogió para comer un restaurante de su estilo, conocido pero poco accesible, el ABaC de Jordi Cruz, en los pies de la Avenida Tibidabo. Acaba de colgar un vídeo comiendo al lado del jardín de este establecimiento de lujo que es al mismo tiempo hotel y restaurante de 3 estrellas Michelin. Bosé besa a Cruz:

Entrada del ABaC, Google Maps
Entrada del ABaC, Google Maps
Bosé besa Cruz, Instagram
Bosé besa Cruz, Instagram

Escribe el cantante, quizás alojado en el hotel o solo comensal de la comida:"Comiendo en el ABaC de Jordi Cruz. Aquí os dejo un poco de la experiencia, un tsunami de creatividad y sabores, claro, por eso Jordi Cruz está donde está, en medio de su firmamento de estrellas Michelin! Te quiero bonito". En el vídeo se puede comprobar cómo Jordi Cruz en persona sirve los platos como si fueran experimentos de Quimicefa, y como Bosé recupera milagrosamente la voz gracias al gas que chupa de dentro de un globo. Bosé podría probar chuparlo antes de los conciertos porque sino no cuela que cante. Sigue afónico en el vídeo en el ABaC pero en el Sant Jordi cantaba bien. Era un disco.

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Miguel Bosé hace ver que canta en la nueva gira, de blanco, EFE

No es el primer famoso que se graba en el ABaC. Lo hizo otro que vive en Catalunya, Ibai Llanos y que, para dejar testigo que no era una crítica benévola o publicidad a cambio de comida gratis pagó la cuenta revelando la cifra: 225 euros por comensal. Lo anunció como  "el restaurante más caro de Barcelona, donde yo vivo, y uno de los más caros de España. Tres estrellas Michelin, el precio es una locura. Madre mía dónde nos hemos metido. Es menú degustación, llena bastante".  Veinte minutos de vídeo con Ibai gordo con camiseta diciendo "increíble, qué bueno está, sabe a piruleta." Tiene once millones de visionados en Youtube. Bosé "solo" tiene 1,2 millones de followers en Instagram. Los dos tienen lo que se precisa para comer allí: dinero.

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Ibai en el ABaC, Youtube

"Espectacular si te lo puedes permitir. 225 euros por persona, yo ya no volvería más pero es una experiencia que has de tener una vez en la vida. Es la comida más cara que he pagado en mi vida, con diferencia. Ha merecido la pena y obviamente me lo puedo permitir. Hemos reservado a las 2 y son las 5 y cuarto de la tarde, llevamos tres horas de comida". Más que una comida, una ópera.