Mercedes Milá se retiró de la televisión hace ya una década, aunque ha permanecido vinculada a los medios de comunicación concediendo algunas entrevistas. Tras su marcha de ‘Gran Hermano’ realizó algún programa para Cuatro en compañía de su perro Scott. A día de hoy permanece alejada de la vida pública. Vive tranquila en su casa de Esplugues de Llobregat. La presentadora confesó en 2018 uno de los motivos principales por los que decidió tomar distancia, padece depresión. Los médicos le han diagnosticado depresión crónica tras varios años, un doloroso parte médico que ha cambiado su vida por completo. Hace unos meses relató las dificultades de convivir con la enfermedad.

"Es como una espada de Damocles que tienes siempre encima de la cabeza”, le explicaba en una entrevista a Gemma Nierga en el programa ’59 Segundos’. Quiso profundizar más en este tema. "Me dijeron que podía aparecer y desaparecer en muchos momentos. De repente siente en la boca del estómago como un puñalito y dices 'ya está ahí'", aseguró la presentadora en esta entrevista que la revista Lecturas publicó.
La presentadora asegura que “llevo años medicándome, a veces las pastillas no me hacen efecto”. Las emociones están un día arriba y otro abajo. "Lloras por una tristeza, por una melancolía, por una sensación de vacío de infelicidad. Piensas que toda tu vida no ha servido para nada...". "Al día siguiente te despiertas y vuelves a ser la Mercedes de siempre. Eso me ocurre mucho”.
Mercedes Milá empeoró por la ruptura de un empresario 15 años más joven que ella
Precisamente, el mismo día del encuentro que Milá tuvo con Nerga, Mercedes tuvo uno de esos momentos negros: "Hoy he estado llorando como una idiota, muchas horas", explicaba ya recompuesta después de haberse puesto hielo en los ojos tras la hinchazón producida por el llanto.
El momento en que empezó a pasar por este proceso fue cuando rompió con su pareja, un empresario 15 años más joven que ella del que estaba muy enamorada, llevaban cuatro años de relación, aparentemente feliz. "Cuando se fue de mi casa yo había cumplido 50 años y entré en barrena”. Fue un verdadero golpe de realidad. La situación empeoró con el estrés. La liberación que supuso para ella presentar Gran Hermano durante su duelo por la ruptura fue también uno de los detonantes de la cronicidad de su mal. "Le dediqué tantas horas (al trabajo) que acabó matándome. Los médicos me dijeron que no podía seguir y no podía, era cierto”.
A Mercedes le gustaría recuperarse y volver a la televisión con un proyecto que haga una función social, por ejemplo con personas mayores, pero algo pequeño, a su edad ya no tiene fuerzas de “entrar en un plató y pelearme a brazo partido”.
