Lunes Al cotxe de TV3 con la estrella del cine español: Mario Casas. Si el éxito se mide para llevar espectadores a la taquilla, Mario Casas es el número 1. Nunca ha recibido una miserable nominación a los Goya pero tiene todo el reconocimiento de la industria. Como Steven Spielberg antes de La lista de Schindler: Hollywood no le dio ni un Oscar pero les hacía ganar mucho dinero. Casas ahora estrena película catalana, El fotógrafo de Mahuthausen, pero no habla catalán. En la entrevista con Eloi Vila tampoco, a pesar de haber sido escolarizado en Catalunya durante diez años. Echamos de menos una pregunta sobre la teoría de las escuelas adoctrinadoras catalanas. Como Leo Messi, escolarizado en Catalunya, nunca se expresan en público en una lengua que han aprendido. Eso es la inmersión: cada uno habla como quiere.

Mario Casas:  "Con 12 años me quedé en blanco representando poemas en el teatro de La Passió d'Esparraguera, desde entonces tengo cierto pánico escénico en directo. Podría hacer teatro pero me gustaría algo más pequeñito". El joven actor repasa infancia y adolescencia catalanas: "Nací en La Coruña pero vinimos la familia a vivir a Collbató y despúes a Esparraguera y Martorell. Estuve más de diez años viviendo en Catalunya. Catalunya es mi primera casa. Pero no soy culer, soy del Dépor. Con el fútbol y la política es difícil posicionarse porque vas a recibir por cualquier lado. Soy del Barça que amamos todos, el de Guardiola. Y Messi es el mejor de la historia. Soñé en ser futbolista".

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Casas tiene la lección aprendida, no se moja para no perder espectadores hiperventilados de los que se niegan a ver a Javier Bardem porque es crítico con el PP. Mario ya tiene 32 años pero es un icono de la industria y está asesorado al detalle: "Soy del Dépor". Un pelín inverosímil en un niño que estuvo toda la infancia viviendo en Catalunya con el Barça de Cruyff y que quería ser futbolista. Pues como con el Barça, con todo: "Sobre política si me pronuncio me darán por todos los lados". Tiene razón, el problema es que la entrevista pierde sustancia y audiencia: un flojo 6,4%.