La nueva residencia mallorquina de Jürgen Klopp ya es una realidad. La reforma ha terminado. El técnico alemán, lejos de esconder su entusiasmo, visita la isla siempre que puede. Llega sin prisa. Disfruta del clima. Y se refugia en una vivienda que muchos consideran una de las más exclusivas de Santa Ponça. Una propiedad única. Moderna. Luminosa. Rodeada de privacidad.
Klopp compró la casa hace dos años. Pagó, según fuentes cercanas, unos cuatro millones de euros. Entonces estaba en buen estado. Amplia. Con estilo mediterráneo. Pero él y su esposa, Ulla Sandrock, querían algo más. Un diseño propio. Una estética renovada. Una vivienda que reflejara su manera de vivir. Por eso emprendieron una reforma profunda. Sin escatimar en materiales. Sin renunciar a ningún detalle.
Así es la casa que Jürgen Klopp tiene en Mallorca
Hoy la transformación es total. La casa muestra líneas contemporáneas, grandes superficies acristaladas y estancias que se abren hacia un jardín que parece no tener fin. La luz entra como un protagonista más. Los espacios fluyen. El interior se funde con el exterior. Hay calma, orden y equilibrio. El sello arquitectónico es evidente: simplicidad elegante, funcionalidad y lujo bien entendido.
El salón principal es una de las estancias más impactantes. Techos altos. Ventanales enormes. Vistas despejadas hacia la piscina principal, diseñada con bordes infinitos y rodeada de una terraza de piedra natural. En el interior destaca el uso de madera clara y piedra beige. Materiales nobles. Texturas suaves. Una atmósfera que invita a la relajación total. Perfecta para desconectar del fútbol y del ruido mediático.
Una vivienda de máximo lujo solo al alcance de unos pocos
La vivienda ofrece varios dormitorios en suite, un espacio de gimnasio privado, una sala multimedia y una cocina abierta equipada con tecnología de última generación. La piscina está acompañada de un segundo espacio acuático más pequeño, pensado para momentos de descanso. Todo está estudiado. Cada rincón tiene un propósito. Cada ambiente transmite serenidad.
Aunque ya disfruta de la casa, Klopp mantiene cierta discreción. Acude algunos fines de semana. Pasea por la zona. Se integra en la vida local. Y mantiene una rutina que se ha vuelto habitual: jugar al pádel en el Mallorca Country Club. Allí es conocido. Cercano. Amable. Le gusta el ambiente relajado que ofrece Santa Ponça. Le gusta la vida mediterránea. No es extraño que esta zona se haya convertido en su refugio personal.
La reforma estuvo dirigida por Ulla Sandrock. Ella supervisó cada fase. Eligió materiales. Revisó distribuciones. Cuidó el estilo. Participó en todo. Y el resultado es una casa pensada a la medida de ambos. Moderna, discreta y sofisticada.