El pasado 27 de noviembre, el ex ministro de Transportes y ex secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ingresó en la cárcel de Soto del Real, en Madrid, junto a su asesor, Koldo García. La decisión del juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, fue clara: prisión provisional, comunicada y sin fianza. La causa: riesgo de fuga en el marco de la investigación sobre la presunta trama corrupta relacionada con la compra de mascarillas durante la pandemia.
A pesar de la gravedad de la situación, la experiencia de Ábalos ha resultado menos traumática de lo que se esperaba. Los primeros días en prisión han estado marcados por rutinas que le ayudan a adaptarse. Según informaron fuentes de La Sexta, el exministro dedica su tiempo a jugar a juegos de mesa, leer, caminar y mantener otras actividades que le permiten sobrellevar la confinación.

José Luis Ábalos cumple su primera semana en prisión
Las bajas temperaturas en la prisión han sido un desafío adicional. La exnovia de Ábalos, Andrea, ha acudido en varias ocasiones al centro penitenciario para llevarle ropa de abrigo, un cuaderno y una manta, ya que la habitación donde se encuentra presenta escarcha. La celda, de apenas diez metros cuadrados, incluye un retrete, por lo que la intimidad es prácticamente inexistente. La adaptación a una celda compartida ha sido complicada para Ábalos, quien se queja de que su almohada es demasiado fina y no le permite descansar correctamente, según informó el programa En boca de todos.
El primer día en prisión, tanto Ábalos como García recibieron una bolsa con productos de higiene, ropa de cama y un pijama. Antes de ocupar la celda, se entrevistaron con el director del centro y disfrutaron de una cena sencilla, que consistió en arroz, mortadela, un quesito y un postre lácteo.

La ex novia de Ábalos, Andrea, no le deja solo
El abogado del exministro, Luis Chabaneix, destacó que Ábalos se encuentra fuerte y tranquilo, mostrando una actitud positiva frente a la situación. Según Chabaneix, el exsecretario está siendo arropado por otros internos, quienes le han demostrado que existe humanidad dentro del recinto penitenciario.
Pese a las comodidades limitadas, el exministro mantiene su resiliencia. Sus actividades diarias no solo le ayudan a pasar el tiempo, sino también a conservar un equilibrio emocional. La lectura y los juegos de mesa se han convertido en sus principales aliados. La presencia de Andrea y su atención con ropa y manta han sido fundamentales para hacer frente a las dificultades del frío y la adaptación.