Joaquín Torres está muy afectado por el fallecimiento de su padre, Juan Torres Piñón. Estudió ingeniera de Caminos hasta doctorarse, y tuvo una larga trayectoria empresarial de éxito. Cofundó ACS junto a Florentino Pérez, presidió el Metro de Madrid, fue vicepresidente de Hispano Química y dedicó décadas a la docencia empresarial. Hombre de vasta cultura, fue vocal del Patronato del Reina Sofía, académico de San Fernando y miembro de honor del Guggenheim Bilbao, además de un reputado coleccionista de arte.
Aunque a día de hoy su holding estaba en manos de sus hijos, él mismo fundó Cartera Pairos y desde allí controlaba todos sus intereses económicos. Hace pocos días falleció dejando a sus hijos huérfanos, ya que casi dos años atrás falleció su madre. Ahora la herencia iría a manos de sus cuatro hijos. Sin embargo, ahora mismo se encuentran inmersos en una batalla legal que ha fracturado a la familia. Este imperio empresarial, años atrás figuraba con 400 millones de euros, y a día de hoy apenas hay 31 millones de euros.
En los últimos años el holding ha decaído y perdiendo numerosos ingresos año tras año, tal y como se puede ver en el ejercicio de 2024, el último en el que hay registros. 31 millones de euros en activos, pero con los cimientos profundamente dañados.
Joaquín Torres peleado con su hermano Julio
No es una empresa operativa, sino que más bien es una gran caja de seguridad que controla el extenso y diversificado entramado de más de 30 sociedades. Su cartera incluye participaciones mayoritarias en empresas de biocombustibles, energías renovables (como varias plantas solares), gestión de residuos, e incluso la sociedad que gestiona La Cubierta de Leganés. Este patrimonio se reparte en un 33,33% a partes iguales en tres de sus cuatro hijos. El cuarto, Julio, quien iba a sucederle, es el problema de esta historia de la que solo conocemos la punta del iceberg.
A día de hoy el imperio tiene unas importantes pérdidas de 27 millones de euros y tiene un fondo de maniobra negativo de 976.131 euros, lo que indica serias dificultades para afrontar sus deudas a corto plazo. La compañía tiene préstamos bancarios vencidos e impagados por 2,84 millones de euros y deudas con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social en fase ejecutiva.
Esta crisis se debe a la inversión en plantas de transformación de residuos que sufrieron “repetidos retrasos”. Juan Torres y su mujer dieron plenos poderes a Julio, confiaron plenamente en él, pero la gestión no ha sido buena.
Hace justo un año, Juan Torres aseguró en su última entrevista que “no tengo nada, lo único que me queda es una buena biblioteca”. Tuvieron que deshacerse de joyas, vender el yate e incluso cancelar su seguro médico privado. Incluyó la venta de parte de su valiosa colección de arte, con obras de Warhol, Picasso o Miró, y se habría canalizado a través de una empresa pantalla creada por Julio y su esposa.
