Isabel San Sebastián es un rostro habitual en según qué tertulias televisivas, por ejemplo, la hemos visto a menudo en los programas de Ana Rosa Quintana y casi siempre, echando espuma por la boca cuando le ha tocado hablar de Cataluña y los independentistas. La periodista y escritora, este puente de la Purísima, se ha marchado unos días de vacaciones, como ha hecho muchísima gente. Pero en lugar de ir a la sierra o de hacer fiesta en Madrid, yendo de tiendas, yendo al teatro a ver algún musical o viendo las luces de Navidad de la capital española, ha ido un poquito más lejos. Ha hecho las maletas, ha cogido un avión y hacia Nueva York, falta gente.

Allí, en la Gran Manzana, en una de las ciudades navideñas por excelencia, San Sebastián ha tenido una experiencia amarga que la ha indignado de mala manera. Ni el espíritu de Papá Noel, ni los villancicos ni nada de nada han hecho que se le haya pasado el enfado que llevaba cuando ha querido ir a uno de los restaurantes más famosos de la ciudad norteamericana. La periodista, como decíamos, ha estado de puente en Nueva York, y entre sus planes, más allá de visitar Times Square, el Central Park o Brooklyn, también había una visita gastronómica marcada en rojo: ir a comer a uno de los restaurantes de moda de la ciudad desde hace tiempo, el 'Nubeluz', situado en el hotel Ritz-Carlton, y que está a cargo del prestigioso chef asturiano José Andrés.


Pero, su gozo en un pozo, se ha quedado con las ganas. ¿Por qué? Porque sus planes se han ido al traste por el código de vestimenta del local, que exige, tal como se ve claramente en la entrada del establecimiento, y como también se puede ver en su página web, que hay que "ropa de cóctel, sofisticada y elegante", y que nada de pantalones cortos, ni gorras de béisbol, ni prendas o zapatos deportivos, por muy caros y exclusivos que sean. Textualmente, sobre el dress code, se indica si "¿Nubeluz tiene un código de vestimenta? Pedimos respetuosamente a nuestros huéspedes que se vistan con ropa adecuada, sofisticada y elegante. Lamentamos que no se permita el uso de ropa deportiva (es decir, polainas, sujetadores deportivos, pantalones cortos o camisetas deportivas), sombreros de béisbol, chanclas casuales o zuecos (es decir, crocs, birkenstocks, uggs). Se puede pedir a los huéspedes que no cumplan estas directrices que modifiquen su indumentaria o que regresen en otro momento".

San Sebastián, o no se lo ha leído o le ha lamido un pie y habrá pensado yo entro... porque yo lo valgo. Pero... nanay. Se ha quedado a las puertas, con las ganas, y no la han dejado entrar. Como ella misma argumenta en redes, se ha presentado en el restaurante llevando unas botas en los pies, sin especificar de qué marca, pero se supone que de abrigo, dadas las bajísimas temperaturas de estos días en Nueva York, con grados bajo cero y todo. Pero no se lo ha tomado nada bien, calificando de clasista el establecimiento del chef español y mostrándose muy indignada en redes, diciendo cosas como que "Hola José Andrés. Somos todos ciudadanos del mundo, como dices tú, pero hoy nos han negado la entrada en tu local, Nubeluz, por llevar botas, a 7 grados bajo cero. Bastante clasista ¿no te parece? Tanto presumir de solidaridad y sencillez y tienes el local más pijo de NYC".
Hola @chefjoseandres Somos todos ciudadanos del mundo, como dices tú, pero hoy nos han negado la entrada en tu local, Nubeluz, por llevar botas, a 7 grados bajo cero. Bastante clasista ¿no te parece? Tanto presumir de solidaridad y sencillez y tienes el local más pijo de NYC.
— Isabel San Sebastián 🖌📚 (@isanseba) December 6, 2025
Inmediatamente, cachondeo máximo en la red, que se ha abonado: "A ver si no era por las botas, Isabel", "Joder, qué historia más desgarradora", "La libertad, Isabel. Esa con la que os llenáis la boca para hacer lo que os sale del moño", "Bienvenida a lo que me pasaba a mí en el Madrid de los 80 porque mi calzado no gustaba al de la puerta. Al final todos podemos ser el pueblo llano", "pues cómete un hotdog", "O sea, me voy a NYC de escapada, y te llamo pijo".