El pasado mes de febrero, Isabel Preysler cumplió 73 años. Lo más alucinante es que, a pesar del paso del tiempo, se mantiene como una de las figuras destacadas de los medios y la cultura. Para muchos ha sido una inspiración a lo largo de los años, puesto que siempre está impecable. Es dueña de un estilo personal que la hace destacar, ya es innegable que deslumbra en cada una de sus apariciones. Es por ello que todos han llegado a la conclusión de que no dejará de verse espectacular, tenga la edad que tenga. Pero, internamente, la socialité no se considera elegante y tiene una referente.
A España llegó una joven estudiante de Secretariado Internacional que provenía de una familia filipina de prestigio. Nadie imaginaría, en ese entonces, la relevancia que llegaría a cobrar Isabel Preysler en poco tiempo. Su boda con Julio Iglesias, un cantante de éxito mundial, fue el primer gran paso. Tenía tan solo 19 años y su vestido de bodas se convirtió en uno de los modelos más usados posteriormente. Una pieza más bien discreta, de escote cerrado y manga larga, pero elegante y favorecedor para distintas figuras. En esos primeros años, siendo tan solo una jovencita casada con una estrella en ciernes, ya tenía una idea de la moda muy concreta y acertada. Era una dama de pies a cabeza, con combinaciones que demostraban su talento innato. Con todo eso, la humildad de la reina de corazones es sorprendente.
La definición de elegancia para Isabel Preysler
Considerada como la primera influencer española, un título muy merecido. Si algo hay que saber sobre Isabel es que ha inspirado a gran cantidad de mujeres en el país. Tiene un poder muy especial, y es que puede hacer alarde de su capacidad para adaptarse con maestría a cada tipo de acto, va bien vestida y arreglada. Estos son factores que, en conjunto, resultan en una sofisticación inigualable. Algo que, a estas alturas, ella no reconoce en sí misma.
En una entrevista con El Mundo, se le preguntó qué pensaba sobre el concepto de la elegancia, que está totalmente relacionado con su nombre desde hace años. “Yo lo único que sé es que para mí la elegancia es la naturalidad. Yo siempre he seguido el ‘menos es más’. Se lo tendrías que preguntar a alguien que sea una autoridad en eso. Yo no lo soy. No me siento así”, respondió. Según sus declaraciones, su estilo clásico y tradicional no es lo suficiente para ser calificada como ‘elegante’.
¿Quién sería su referente de estilo? Nada menos que Audrey Hepburn, una estrella que encuentra fascinante y que sí tiene, en sus palabras, esa espontaneidad que deben tener las personas distinguidas. Lo que Preysler tal vez ignora o no, porque puede tratarse de modestia, es que impactó a toda una generación con sus looks súper apropiados y sus trucos de estilo que estarán vigentes por mucho tiempo. Adecuada en cada ocasión, con la falda por debajo de la rodilla, el escote discreto, postura erguida y accesorios que resaltan sus rasgos. Hay quien opina que, hasta vestida con una sábana, Isabel Preysler luce digna y estilizada.