Son la pareja ideal. Los favoritos de la prensa del corazón y de la jet-set. El ferrari del cotilleo patrio. Hablamos, sí, de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. La unión entre la reina de corazones y el premio Nobel de Literatura (y látigo del independentismo) ha sido casi un secreto de estado desde que empezó, allá por 2015, y una fuente inagotable de rumores y de titulares. Misterios que ellos mismos han querido aclarar, ni que sea por fascículos. Ha sido en la revista peruana Cosas, donde han explicado detalles como que la relación saltó a la opinión pública a causa de unas fotografías en casa del hijo más famoso de la Preysler, Enrique Iglesias.

Aquellas fotos no se llegaron a publicar (ya que podrían violar la intimidad del hogar de Iglesias), pero ya habían puesto en alerta a la profesión periodística. En la entrevista, Isabel Preysler revela que "le dije al editor (de la revista que tenía las imágenes) que ya estaba cansada de esto. La gente acababa de estar liándome con el presidente del Real Madrid Florentino Pérez y yo no quería empezar de nuevo con otro rumor". Y la portada de la revista ¡Hola! poco tiempo después, con la pareja paseando por las calles de Madrid, fue el detonante para la confirmación oficial.

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¡Hola!

La noticia golpeó la mujer del escritor, Patrícia Vargas Llosa, que emitió un comunicado desmintiendo que estuvieran separados y reclamando respeto por su privacidad. Y según la entrevista de Cosas, aquello hizo que Vargas Llosa tomara las riendas de la situación "Ese comunicado no dice la verdad. Y no puedes dejar que decida tu vida un grupo de paparazis". El peruano fue objeto de muchas críticas por las formas en las que despachó a su mujer, provocando un grave problema familiar con los tres hijos de la pareja.

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La Prensa Perú

Preysler, asegura la publicación, ha querido puntualizar que Mario ya estaba separado cuando salió aquella portada, y que intentó que no se publicaran más imágenes de la pareja para no hacer más daño a Patricia Llosa. La culpa parece recorrer su mente, al explicar que "no he cobrado ni un céntimo" de la exposición mediática del caso. Una exposición a la que está acostumbrada la ex de Julio Iglesias o Miguel Boyer, pero no tanto al escritor sudamericano, que dice que ha tenido que incorporar a su vida. Es el paquete que lleva encima la Preysler como reina del colorín, que eso sí, "ha ordenado mí vida" en otros aspectos, concluye Vargas-Llosa.