Tras su sonada ruptura con Mario Vargas Llosa, a Isabel Preysler no se le ha conocido ningún nuevo amor. Pese a su apodo de ‘Reina de corazones’, la socialité no ha entablado un nuevo romance estable. Al menos que se sepa. Aunque lo cierto es que los rumores sobre un nuevo amor han circulado insistentemente desde entonces.
Poco después del fin de su relación con el Premio Nobel, la periodista Paloma Barrientos reveló que Isabel podría estar ilusionada con un misterioso caballero. Según Barrientos, este hombre, de unos 70 años, divorciado y de buen porte, había estado viéndose con Isabel fuera del país. No solo eso, sino que también se trataba de un empresario influyente con un patrimonio impresionante, cualidades que, al parecer, encajaban a la perfección con el perfil que históricamente ha atraído a la Preysler.
Alfonso Díez fue relacionado con Isabel Preysler
Entre los nombres que surgieron en los círculos sociales, uno destacaba por encima del resto: Alfonso Díez, el viudo de la duquesa de Alba. Su edad, su red de contactos y su posición económica hicieron que las especulaciones apuntaran hacia él como el posible nuevo pretendiente de Isabel. Además, las Mamarazzis, Lorena Vázquez y Laura Fa, se subieron a la ola de rumores y apuntaron que Alfonso e Isabel habían sido vistos en una cena de parejas en Madrid y más tarde en la boda de Sol Medina y Pedro Domínguez-Majón en Sevilla.
Durante esta última ocasión, testigos aseguraron que la pareja mostraba una gran complicidad. Isabel y Alfonso compartieron largas conversaciones y risas, algo que no pasó desapercibido. Sin embargo, pese a las especulaciones, ambos negaron cualquier tipo de relación sentimental, describiendo su conexión como una amistad cordial y nada más.
Isabel Preysler, bajo la presión de Tamara Falcó, habría sido la responsable de alejar a Alfonso Díez
Según fuentes cercanas, Alfonso habría intentado dar un paso más en su relación con Isabel, pero ella decidió poner distancia. Las razones detrás de esta decisión, según algunos rumores, no solo tienen que ver con sus propias preferencias, sino también con la intervención de su hija, Tamara Falcó. Tamara, siempre protectora de su madre, habría considerado que Alfonso no era un hombre adecuado para Isabel. En palabras de quienes conocen la situación, Tamara lo veía como alguien capaz de cualquier cosa con tal de evitar la soledad.
Isabel, acostumbrada a rodearse de hombres de alto perfil, parece haber hecho oídos a los consejos de su hija. Con esta decisión, dejó claro que no está dispuesta a conformarse ni a entablar una relación que no cumpla con sus expectativas, tanto emocionales como sociales.