La historia de amor entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, que durante años acaparó la atención de los medios, culminó de forma discreta, aunque no exenta de tensiones internas. Ahora, meses después de su ruptura, han salido a la luz nuevos detalles: los hijos del Premio Nobel de Literatura desempeñaron un papel crucial para evitar que el escritor contrajera matrimonio con Preysler, motivados en gran parte por preocupaciones económicas relacionadas con la herencia familiar.

Fuentes cercanas al entorno de Vargas Llosa revelan que Álvaro, Gonzalo y Morgana, los tres hijos que el autor tuvo con Patricia Llosa, miraban con recelo la posibilidad de que su padre formalizara su relación con Isabel Preysler a través del matrimonio. El principal motivo era evitar que parte del patrimonio del escritor quedara legalmente vinculado a Preysler, lo que podría reducir la herencia destinada a los hijos en el futuro.

Mario Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa

Desde que la relación entre Vargas Llosa y Preysler se hizo pública en 2015, tras el divorcio del escritor con su esposa de toda la vida, los rumores sobre tensiones familiares no cesaron. Aunque la familia Llosa nunca aceptó por completo a la nueva pareja de su padre, no fue hasta ahora que se conoció la verdadera dimensión de sus preocupaciones: la protección del legado económico y literario del Nobel.

Aunque Isabel Preysler afirmó en diversas ocasiones que el matrimonio no era una prioridad ni para ella ni para Mario, en privado sí existieron conversaciones sobre la posibilidad de formalizar su relación. Preysler, acostumbrada a relaciones estables y al amparo legal que proporciona el matrimonio, veía con buenos ojos consolidar su vínculo con Vargas Llosa. Sin embargo, debido a la presión de los hijos del escritor y los temores legales que les transmitieron, Mario decidió desistir de esta idea.

"Ellos le dejaron muy claro que casarse sería un error", afirma una fuente cercana al círculo familiar de Llosa. "Le explicaron los riesgos patrimoniales y el temor de que, en caso de un fallecimiento repentino, Isabel pudiera reclamar derechos que afectaran la herencia destinada a la familia directa."

Finalmente, el escritor, quien siempre ha mantenido una relación muy cercana con sus hijos, optó por anteponer su tranquilidad familiar a sus propios sentimientos. La ruptura con Preysler se produjo a finales de 2022 y fue anunciada públicamente mediante un breve comunicado, en el que ambos expresaron su mutuo cariño y reconocieron "diferencias irreconciliables".

Activos y propiedades

En Madrid, Vargas Llosa poseía una vivienda de 283 metros cuadrados en el centro de la ciudad. No obstante, esta propiedad estaba hipotecada a favor de la Agencia Tributaria desde 2018, debido a una reclamación de 2,1 millones de euros por presuntas irregularidades fiscales entre 2011 y 2014.

Además, el escritor tenía una empresa en España, Misti Copyright SL, dedicada a la gestión de sus derechos de autor. Su hijo Álvaro figura como administrador de la sociedad. Aunque en 2018 la empresa registró pérdidas de 27.000 euros, es probable que su situación financiera haya mejorado en años posteriores.

Fuera de España, Vargas Llosa tenía propiedades en Francia y, anteriormente, en Londres, Lima, Nueva York y Punta Cana. Tras su divorcio, muchas de estas propiedades fueron transferidas a Patricia Llosa.

Mario Vargas Llosa congreso efe
Mario Vargas Llosa congreso / EFE

Ingresos y fortuna

A lo largo de su carrera, Vargas Llosa acumuló una considerable fortuna. Se estima que recibía un adelanto de 1,5 millones de euros por cada libro. Además, percibía 200.000 euros anuales por su columna en un periódico y obtenía ingresos significativos por conferencias. Su salario mensual se estimaba en unos 65.000 euros, y su patrimonio total superaba los 10 millones de euros.

Reconciliación familiar y legado

Después de su ruptura con Preysler en 2022, Vargas Llosa retomó el contacto con su exesposa Patricia Llosa y sus hijos. La reconciliación familiar se consolidó en sus últimos años, y el escritor dedicó su última obra, Le dedico mi silencio, publicada en 2023, a Patricia.

Con su fallecimiento, la herencia de Vargas Llosa pasará a manos de sus hijos, quienes, según diversas fuentes, siempre estuvieron preocupados por la protección del patrimonio familiar durante la relación del escritor con Isabel Preysler.