Helena Garcia Melero ya ha hecho los 55 años. Se enteró toda Catalunya gracias al Tot es mou y a EN Azul, el primer digital que publicó la noticia que su madre, Rosa, la Melero original, famosísima por entrar por teléfono en los programas de la hija, entraba por primera vez en el plató para llevarle el pastel de los 55. Fue un momento memorable. Ningún otro presentador de la casa tiene esta familiaridad y naturalidad delante de las cámaras. Lo que en otros casos chirriaría, aquí fue un prodigio de televisión típicamente melerista: tele que hace compañía, que hace sentirse mejor.
Es gracias a una complicidad con el espectador que la periodista hace años que cuida. Lo hace presentando de manera impecable lo que le toque sin estridencias, sin impostura y sin escándalos. Y lo hace cuidando su cuenta de Instagram donde acostumbra a lucir su destino de fin de semana mientras dura el buen tiempo: Cadaqués. Este domingo quien ha destapado una imagen de la Melero en su pueblo, al natural, sin maquillar en un bellísimo primer plano es otro presentador de la casa que cuida Instagram, su amigo Espartac Peran. El director de Atrapa me si puedes ha visitado su amiga en el pueblo ampurdanés y se han hecho uno selfie que es un anuncio de TV3: proximidad.
Espartac con barba blanca y Helena más helenística que nunca, como una diosa griega, mediterránea, con la cara y la mirada limpias y los ojos del color del mar. ¿A los 55 años cuántas estrellas de la TV cuelgan en Instagram una foto sin pasar por maquillaje y peluquería? Solo la Melero. De hecho, solo Espartac, su amigo y compañero desde Las mañanas de Cuní donde coincidieron durante años, él haciendo El tráfico y Melero haciendo de todo. Después volvieron a copresentar el magazine de tardes Viernes cuando Xavi Coral lo abandonó para hacer de corresponsal en Bruselas. Quién mejor que la Melero, que ha hecho todas las franjas de la cadena. Las fotos de Melero y Espartac felices fuera de TV3 son ya un clásico:
Espartac Peran conduciendo una moto y de paquete la Melero, en la zona alta de la calle Balmes/Travesía en Barcelona. No es uno selfie, el conductor mantiene las manos en el manillar y Melero en la cintura del conductor. Siempre hay un misterioso acompañante que hace la foto. Como la del veranillo de Sant Miquel en Cadaqués donde hacía calor. ¿Quién hace la foto? Melero algún día lo revelará.