Iñaki Gabilondo está de moda y es que TVE ha confirmado en el último Consejo de Administración que el presentador volverá a la televisión tras varios años apartado de los medios de comunicación para protagonizar un nuevo programa sobre literatura. Se trata de ‘La gran aventura de la lengua española’. Se trata de un “proyecto histórico de gran relevancia” y de un “recorrido divulgativo único por la historia del español” en el que ha participado el Instituto Cervantes y la Real Academia de la Lengua, detalla su presidente, José Pablo López. De esta forma el periodista regresa a la que fue su casa en los años 80, y lo hace con 83 años.
Uno de los motivos por los que Iñaki Gabilondo se retiró de los medios de comunicación fue la enfermedad que padeció. Mientras los oyentes despertaban con su voz todas las mañanas, el periodista libraba una dura batalla en silencio, y es que nunca quiso que se supiese nada porque él más que nadie sabe como es la prensa. Le detectaron cáncer de colon y con un pronóstico grave. La única persona que era conocedora de su enfermedad era su mujer, Lola Carretero, con quien mantiene una relación de más de treinta años.
En el momento en el que le dieron la mala noticia se encontraba en el mejor momento profesional. Era considerado uno de los mejores comunicadores de España y no podía retirarse en ese momento, en que logró arrebatar el liderazgo a Luis del Olmo. En 2004 le diagnosticaron un cáncer de colon “muy malo”. Él fue a trabajar con total normalidad, no lo sabía ni su equipo.
Lola Carretero es la única que era conocedora de la enfermedad de Iñaki Gabilondo
Hace unas semanas Iñaki fue quien destapó este episodio de su vida en su participación en el programa ‘En primicia’ para La 2. Los médicos fueron claros con su mujer: “A mi mujer le dijeron que tenía un 70% de posibilidades de no salir”.
El comunicador tuvo que someterse a una operación, y varios meses de quimioterapia y radioterapia. Él mimo contó que necesitaba fuertes analgésicos para aguantar durante su programa. “Me iba con cinco nolotiles encima y aun así seguía”. La radio fue un lugar terapéutico para él. Se refugiaba ante el dolor y la preocupación. “El micrófono me daba fuerza”.
Lola Carretero se encargó personalmente en la vida cotidiana e intentar que la enfermedad no fuera la protagonista de la vida de ambos. Su objetivo era que en casa no todo girara en torno a la enfermedad. Usaron el humor como vía de escape y organizaban pequeñas “óperas” caseras o escenas improvisadas en el salón para conseguir que hubiera risa incluso en los días más duros.
