Gerard Piqué y Clara Chía tienen un triángulo vital entre la calle Tuset, donde se conocieron en el bar musical La Traviesa donde ella ponía copas, la calle Beethoven donde trabajan juntos en las oficinas de Kosmos cerca del Turó Park, y la calle Muntaner, donde reside Piqué en un dúplex de lujo. Pero la calle clave es la calle Santaló, donde está la salida del parking de la comunidad de vecinos del dúplex de Piqué. Allí hay los paparazzis haciendo guardia para obtener fotos de la pareja dentro de uno de los coches del exfutbolista. Clara Chía con gafas de sol king size, Clara Chía preocupada, Clara Chía post ataque de ansiedad... La mujer más buscada, retratada en Santaló:

Clara Chía y Piqué Muntaner Antena 3
Clara Chía y Piqué en el parking posterior de Muntaner Antena 3
Piqué y Clara Chía calle Santaló GTRES
Piqué y Clara Chía a la salida de Santaló GTRES

Los paparazzis son los primeros al saber las noticias. De siempre. Enric Bayón, Jordi Martín, Laura Fa cuando hacía guardias para las agencias... Una cosa son los analistas y el otro son los reporteros, gráficos o plumillas, de calle. Ellos saben qué pasa antes que nadie, y después de tantas guardias en Santaló y preguntando al vecindario ya se sabe la decisión drástica que han tomado Piqué y Clara después del episodio del ataque de pánico de la joven: han decidido vivir juntos. Cada día y cada noche. Clara Chía abandona la casa de sus padres, Marga Martí y Lluís Chía, donde todavía vive a su hermana pequeña Joana Chía, de 21 años, y se instala definitivamente en el dúplex de Muntaner con su novio y jefe. Es una exclusiva de Laura Fa y Lorena Vázquez en El Periódico: "No era intención de la pareja compartir piso tan pronto. Querían esperar hasta que Shakira se instalara en Miami. Pero sus planes han cambiado y han decidido que no es suficiente con pasar los fines de semana en Barcelona o en la Cerdanya, ni con trabajar juntos en la misma oficina y durante toda la jornada laboral, ni con los ratos de ocio que disfrutan con sus amigos comunes".  El ataque de pánico de Clara y la no mudanza de Shakira han precipitado la vida conjunta de la pareja.

Según las dos periodistas que firman conjuntamente "Gerard Piqué y Clara Chía han decidido por fin dar un paso más en su relación y ya comparten domicilio. La joven se ha instalado en el famoso ático que tiene el futbolista en la calle Muntaner de Barcelona y es habitual verlos entrar y salir juntos por el parquing del edificio. Ya no se esconden. Solo hay una excepción: cuando los hijos de Gerard están con él, Clara desaparece". Un matiz importante y humillante: "Clara desaparece", para que Shakira se irrite pero no monte en cólera. La norma, según algunas fuentes plasmada en el acuerdo secreto de separación, es que Milan y Sasha no pueden compartir espacio y tiempo con Clara Chía. La canción de Shakira no ofrece dudas: la colombiana detesta a Clara, y por nada del mundo permitirá que ejerza de madre, madrastra o canguro de los niños. Así que Piqué acepta esta humillación a su novia: cuando Milan y Sasha suban al dúplex, Clara se tiene que largar. Como una amante furtiva, como una apestada. Humillante pero cierto, y publicado.

Clara Chía GTRES piso Piqué
Clara Chía sale de incógnito del piso de Piqué, GTRES

Clara se tapa con bufandas, fulares, gorras, gafas de sol tipo Pantoja, todo tipo de adminículos y complementos. Y no es solo por los paparazzis, es para que los niños no la reconozcan cuando salga por la puerta de atrás. Una manera sui géneris de ir a vivir con el novio: con excepciones. Escondiendo el cepillo de dientes cuando llegan los niños. Hay que recordar que Milan y Sasha tienen 10 y 8 años y saben perfectamente quién es clara Chía. El Periódico sostiene que "Para Milan y Sasha, Clara es una amiga de su padre". Inverosímil. Los niños no son cortos, son niños. Viven en este mundo y no son ajenos a la verdad. Otra cosa es qué quiere hacer creer el entorno. La novedad es el teatrillo de no compartir piso los cuatro ni unos minutos y solo puede ser una imposición de Shakira. Piqué traga y Clara se lo come doblado. Mala manera de empezar una vida juntos.