Quién nos iba a decir a los culés, antes de que se disputara la jornada de Liga de este fin de semana, que el Barça estaría a estas alturas a sólo un punto de su rival, el Real Madrid. Porque vistos los dos partidos que tenían el Barça y el Madrid, todo apuntaba a que los blancos tendrían ya cinco o seis puntos de ventaja sobre los azulgranas. El sábado, uno de los partidos marcados en rojo en el calendario, como una de las visitas complicadas para los de Xavi Hernández, el siempre odioso estadio de Mestalla, con una afición valencianista que lo protesta todo, especialmente si juegan contra el Barça. Y victoria justo antes de que se acabara el partido, con un gol salvador de este delantero estratosférico que se llama Robert Lewandowski, desatando la euforia de los compañeros y de su técnico.
Por unas horas, el Barça volvió a ser líder, empatado a puntos con el conjunto blanco y, mal que les pese a algunos, como los de Movistar+. El domingo, sin embargo, el Madrid jugaba su partido en el Bernabéu, contra el Girona, un partido donde los de Míchel le pintaron la cara a los de Ancelotti, que volvieron a llorar por un penalti pitado en contra por manos de Asensio y un gol anulado en Rodrygo por falta al portero gerundense. Pero a llorar a la llorería. Y aún gracias que los merengues consiguieron un punto, porque el Girona se hubiera merecido los tres. El caso es que el Barça vuelve a soplar la oreja de su rival, a sólo un punto. Por eso han vuelto las sonrisas en el vestuario azulgrana después de la eliminación de la Champions. Sonrisas como los de una imagen impagable, maravillosa, de cuatro cracks del Barça con sus mujeres, los ocho encerrados en un ascensor. Son el delantero polaco, Robert Lewandowski, con su mujer Anna; uno de los capitanes, Sergi Roberto, con Coral Simanovich; el portero, Marc André Ter Stegen, con su mujer Dani; y Frenkie de Jong con Mikky Kiemeney:
Imagen sensacional. Al igual que las que después ha publicado la pareja del centrocampista, de escapada romántica con De Jong a uno de los lugares más maravillosos del planeta, y por lo tanto, de Catalunya. Siempre es una buena ocasión ir a la preciosa Calella de Palafrugell, pero con una victoria en el zurrón, todavía más. Y eso es lo que han hecho los dos jóvenes holandeses, aprovechando las buenas temperaturas que todavía hace y que por Calella ya no hay tantísima gente como suele haber cada verano.
Frenkie, Mikky y su compañero de fatigas, su perrito, los tres en un rincón de país absolutamente despampanante. No es la primera vez que llevan su amor hacia L'Empordà, donde, si vas enamorado, sales todavía más de lo que lo estabas. Este pasado verano también se acercaron hasta Begur, también a S'Agaró, lugares que visitan desde que llegaron y empezaron a ver que Catalunya es un país que no te lo acabas...
Después de cargar pilas en L'Empordà, el horizonte azulgrana hace mejor cara. Esperemos que esta visita a Calella de Palafrugell haga que se consolide la mejor versión de Frenkie de Jong que empezamos a avistar los culés desde que el jugador holandés aterrizó en Barcelona.