El Barça de Hansi Flick, aparte de hacer que los culés vayamos por la vida felices a más no poder, es digno de estudio. El entrenador alemán se merece todos los elogios posibles. Nadie se explica cómo ha sido capaz de darle la vuelta al Barça, como si fuera un calcetín, y conseguir en menos de un año que los jugadores que el verano pasado todo el mundo se hubiera vendido, hoy sean imprescindibles, estén en su prime, sean unos jugadorazos capaces de hacer que el club blaugrana gane todos los títulos posibles y jugando bien. Jugadores como Pedri o Raphinha son claros candidatos al Balón de Oro, como Lamine Yamal; Lewandowski parece que vive una segunda juventud; Chesny, que estaba retirado, se ha convertido en un talismán; Íñigo Martínez, brutal. Y así, hasta el infinito. Y otro de los que con Flick está teniendo una temporada para enmarcar es Ferran Torres, el tiburón.
Sea por la confianza que le ha dado el técnico, sea por su propia fuerza mental, sea porque se ve como alguien que le puede disputar goles y minutos a Lewandowski en la punta del ataque blaugrana, lo cierto es que el de Foios está teniendo unos números de crack. Su porcentaje de goles-minutos jugados es de traca. Siempre que sale, de inicio o de suplente, moja. Su gesto, con dos dedos tocándose la sien, mentalidad y trabajo, se ha convertido en un habitual esta temporada. El delantero valenciano no para de recibir merecidos elogios por parte de su entrenador y compañeros, y ahora está recibiendo el calor y el cariño de la afición, encantados de la vida de que siguiera persistiendo en sus capacidades vistiendo la camiseta del Barça. Y para acabarlo de arreglar, la guinda del pastel, el pasado sábado, cuando recibió el honor de ser escogido el MVP de la final de la Copa del Rey contra el Madrid. Su gol, a pocos minutos del final, significó el empate a 2 cuando la cosa parecía perdida, aprovechando un pase de Lamine y siendo más listo que el zumbado de Rudiger y un Courtois que por una vez, falló en su salida. Y el tiburón, que como dijo Joan Maria Pou en RAC1, "Gol del tiburón!! ¡Ñac, ñac, ñac, ñac, ñac! El tiburón se estaba esperando en el fondo del mar, tranquilito, prudente, pero muy atento, muy pendiente de la presa, del instante":
😍 ELS GOLS DELS CAMPIONS!
— El Barça juga a RAC1 (@FCBRAC1) April 27, 2025
🔵🔴 Així va narrar Joan Maria Pou a @rac1 els gols de Pedri, Ferran i Koundé i l'esclat del final del partit! pic.twitter.com/BjhdhGCCdk
Después de su gol, de su partido, de su MVP, Ferran celebró el título con sus compañeros... y con su gente. Como él decía, señalando hacia la grada, a la zona donde estaban los suyos, "Vamos, gente! A por más, juntos"!.
Y de entre todos los que estuvieron a su lado, una mujer muy especial, la más especial de su vida: su madre, María García, que aparte de ser la madre más orgullosa, le ha dado todos los valores de respeto, trabajo, esfuerzo, humildad y amor a su hijo. Una madre que estaba exultante a pie de césped y a quien ahora ha querido homenajear con una publicación preciosa en un Stories en redes, donde se la ve vestida con la camiseta del Barça de su hijo, y con un Ferran que no puede habernos emocionado más abrazado a su lado y diciéndole cosas preciosas: "¿Qué más puedo pedir?", se pregunta. "Eres el millor, paset a paset se logra tot, tu pots en tot i més, este team és molt fort. Sempre en tu" ("Eres lo mejor, pasito a pasito se logra todo, tú puedes con todo y más, este team es muy fuerte. Siempre contigo", un emoticono de un corazón y otro de un tiburón.

Ferran y Maria, una pareja que enamora. Una madre y un hijo culés y maravillosos.