Mercedes Milá está de tourné por las TV en promoción de la segunda temporada de su programa de pago Scott y Milá (Canal #0 de Movistar). La periodista catalana tendría que saber que sólo hay una cosa peor que las críticas negativas: que nadie te critique, la irrelevancia total. Debería recibir mejor que un crítico televisivo haga su trabajo. Es el caso del decano Ferran Monegal. Este sábado Milá se negó a tener en La Sexta una mínima conversación con él. Un gesto inapropiado y feo.

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La Sexta

Milá sabe que para los que comen de la TV lo primero son los telespectadores. Tendría que haber debatido de manera corrosiva con Monegal, pero prefirió largarse. Una ofensa no para Monegal sino para la audiencia. Monegal ha escrito una columna en El Periódico sobre los 20 años de Gran Hermano: "Merceditas Milá aceptó el colosal contrato para hacer de Flautista de Hamelín. Camuflaba la letalidad del programa hablando de experimento sociológico. ¡Ah! Equivocó la nomenclatura. Nunca fue sociología. Era psiquiatría. Virus de incidencia frenopática pura y dura. Tras 18 años, la Flautista lo dejó. O la dejaron. Al parecer se creía imprescindible. Ahora se pasea por la tele haciendo posturas por los barrios finos con un perrito. Quizá intenta redimirse".

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Monegal recuerda que el formato GH está bajo sospecha de encubrir un delito de violación, y por eso Telecinco lo tiene congelado sin saber qué hacer. La cadena no ha dedicado un triste vídeo a los 20 años de su formato estrella y Monegal muerde hacia arriba: a Telecinco y Paolo Vasile: "Un colosal negocio sin escrúpulos que alimenta toda la cadena. Muchísimo dinero. Y cuando hay tanto dinero, da para engrasar a voceros de la comunicación que lo van jaleando, hablando de excelente formato, maravillosa puesta en escena, gran hito televisivo... Y no es otra cosa que una máquina de triturar carne humana y hacerla picadillo".

04 - Entrevista Ferran Monegal - Guillem Camós

G.C.

Ferran Monegal tiene pelos en el bigote pero no en la lengua. Y muerde. La audiencia ya sabe por qué Mercedes Milá se negó a debatir con Monegal. Le tenía miedo.