Ferran Adrià es un genio, despeinado, malhablado, que se entrelaza cuando habla, con un catalán perfecto de l'Hospitalet. Con aquel aire permanente como de recién subido. Un Leonardo da Vinci del s. XXI. Dejó de cocinar pero sigue siendo el oráculo a quien todo el mundo recurre para saber el secreto de un arte que todo el mundo ejerce cada día: comida. Si en Catalunya hay un maestro en el arte de dormir, el doctor Estivill, en el arte de comida la voz más sabia es la del cocinero catalán de 63 años referente mundial, Ferran Adrià. El 31 de julio de 2011 cerró El Bulli pero 14 años después el hermano mayor Adrià, como su hermano Albert Adrià, ha seguido inspirando nuestras vidas.

En TV3 le preguntaron cuál es su plato preferido y confesó "Un plato de jamón y una tortilla de patatas". Cuando le repreguntaron al programa de la Melero qué país liderará el futuro de la cocina mundial dijo China. Y cuando el diario ABC le preguntó por qué se negó a abrir restaurante en el nuevo estadio del Santiago Bernabéu reveló que es muy culé hasta el punto de confesar la única persona que tenía mesa asegurada en el mejor restaurante del mundo, el de Cala Montjoi, el suyo. ¿Qué VIP tenía asegurada mesa sin reserva? Un VIP barcelonés, del Barça, un tal Johan Cruyff.

Ferran Adrià: "Me negué a abrir un restaurante en el Bernabéu. Había una parte que, siendo culé, no me resultaba fácil. En el City no hubiera pasado nada, pero en el Bernabéu... También es cierto que ya me estaba retirando. Los jugadores del Madrid venían poco a 'El Bulli'. Alguno vino y le atendimos bien. Pero si no reservabas con tiempo, ya te podías llamar como te llamaras. Había una demanda de 2 millones de personas. El único que siempre tenía mesa seguro era Cruyff. Le admiraba mucho. Es el Steve Jobs del fútbol. El único que ha sido grande jugando y entrenando. Y cambió el fútbol".Ferran Adrià podía haber reservado mesa a personas más poderosas como Florentino Pérez, a quien dijo no a abrir un local en el templo blanco, o podría tener siempre mesa reservada para Felipe y Letizia. Pero eso sería cortesano y vendido al poder. Ferran Adrià es un genio despeinado: el único que sin reserva podía sentarse en su casa era otro genio como él: Johan Cruyff.

Adrià aclara: "El Bulli' no era un restaurante de famosos. Los famosos no reservan con un año de antelación. Pero de los que venían, por ejemplo, a Pep Guardiola le gusta mucho comer. Xavi, Txiki Beguiristain. A Johan le empezó a gustar la gastronomía al final. Y a quien también le gusta comer es a Messi. Un día le cocinamos una escalopa napolitana, que es el plato que más le gustaba, con tomate y queso". Escalope para Messi y mesa reservada para Johan. Todo acaba: Messi se marchó, Cruyff murió sin entrenar a Messi y El Bulli cerró. La magia de los tres todavía impregna aún Catalunya.