Durante años fue uno de los rostros más reconocibles de la televisión española. Víctor Elías, quien dio vida a Guille Serrano, el hijo rebelde de Antonio Resines en la mítica serie ‘Los Serrano’, creció ante las cámaras y en el corazón de millones de espectadores. Lo que muchos no sabían era que, tras el final de la serie, el actor viviría un descenso a los infiernos marcado por la adicción a las drogas y el alcohol.
La popular serie de Telecinco, que duró ocho temporadas, se convirtió en un fenómeno de masas. Para los jóvenes actores, el éxito fue inmediato pero no por ello fácil de digerir. En una entrevista para El Mundo, Elías confesó el calvario personal que atravesó cuando las luces del plató se apagaron.
Guille, de Los Serrano, no supo gestionar la fama
Con solo 17 años, cuando finalizó ‘Los Serrano’, Víctor empezó a sentir el vacío del éxito temprano. "Pasas de estar en boca de todos a no tener trabajo, a que te digan que tienes ‘demasiada cara de Los Serrano’. Me hundió", explicó. Ese rechazo en los castings fue el comienzo de un proceso que lo empujó hacia un mundo que no conocía: el de la noche y las sustancias.
Probó la cocaína por primera vez a los 20 años, en una fiesta del rodaje de otra serie. No sabía ni lo que era beber alcohol hasta ese momento. La presión emocional y una infancia atípica entre rodajes, sin la estructura que necesita un adolescente, hicieron que se agarrara a lo que parecía una salida fácil. “Por una no te vas a volver drogadicto”, le dijeron. Pero esa frase marcaría el comienzo de años oscuros.
Víctor reconoce que su principal adicción era la cocaína, aunque se potenciaba con alcohol. También desarrolló una adicción al trabajo, que lo mantenía despierto durante días. “Pasé cuatro días seguidos sin dormir ni comer, encerrado con el piano y la droga”, relata. Llegó a tocar fondo, a sentirse vacío, perdido, roto. Pero también llegó el día en que dijo: “¿Qué cojones estoy haciendo?”
Tras el calvario, felizmente casado con Ana Guerra
No fue un camino fácil. Hubo recaídas, terapias, ayuda profesional y un entorno que lo sostuvo cuando él no podía. Hoy, a sus 33 años, Elías se considera un milagro. Ha logrado reconstruir su vida y se ha reencontrado con la pasión que lo mueve: la música.
Actualmente, está felizmente casado con Ana Guerra, exconcursante de ‘Operación Triunfo’, y trabaja como músico y compositor. Aunque la adicción forma parte de su historia, asegura que ha aprendido a convivir con ella. “La adicción no se cura, se gestiona. Siempre seré un adicto, pero ahora sé cómo vivir sin autodestruirme”, afirmaba.