Parece salido de una película de ciencia ficción, pero es la vida real de Kim Kardashian: una tropa de más de diez niñeras rotativas trabaja a tiempo completo para cuidar hasta el más mínimo detalle de la vida de los cuatro hijos de la celebridad. No hablamos de cualquier cuidado infantil. Estas profesionales deben seguir protocolos rigurosos, adaptarse a un estilo de vida de lujo extremo y mantenerse disponibles, muchas veces, las 24 horas del día.
Las cifras impresionan: más de 100 mil dólares anuales por niñera, un salario que supera con creces al de muchos médicos y abogados en Estados Unidos. Las niñeras que superan el año y medio trabajando con la familia incluso acceden a bonificaciones por fidelidad, siempre y cuando hayan logrado el objetivo más importante: ganarse el corazón de los pequeños herederos del imperio Kardashian-West.
Cuidado extremo y vigilancia permanente: así es el manual de estilo para cuidar a los hijos de Kim Kardashian
El sistema que maneja la socialité está diseñado como una coreografía perfectamente orquestada. Algunas niñeras trabajan durante el día, mientras otras cubren los turnos nocturnos o acompañan a la familia en sus múltiples viajes por el mundo. Las jornadas pueden superar las 12 horas continuas, y la disciplina es tan férrea como el código de vestimenta que deben seguir dentro de las mansiones Kardashian.
Según fuentes cercanas al entorno de la empresaria, consultadas por ‘The Sun’, algunas de estas niñeras viven dentro del complejo familiar de lunes a viernes, lo cual garantiza que Kim no pierda el control logístico sobre ninguna actividad infantil. Además, las empleadas reciben formación constante y deben cumplir con estándares de seguridad, nutrición y desarrollo emocional impuestos por asesores personales y terapeutas infantiles contratados por la estrella. En otras palabras, cuidar a un hijo Kardashian no es solo un trabajo, es una operación de alto rendimiento emocional, físico y profesional, donde no hay espacio para improvisaciones.
Una inversión millonaria para la “madre del año”
Si bien el millón de dólares al año que Kim invierte en niñeras parece exorbitante, se queda corto al sumar a la ecuación al resto del equipo dedicado a sus hijos. Profesores privados de arte, danza y música, chefs orgánicos, nutricionistas especializados y hasta estilistas infantiles forman parte del séquito que garantiza que North, Saint, Chicago y Psalm tengan una vida diseñada a medida del lujo.
El círculo más cercano a Kardashian afirmó a ‘The Sun’ que la empresaria no escatima en gastos cuando se trata de sus hijos. No solo les ofrece lo mejor en términos materiales, sino también un entorno controlado al milímetro. Cada visita, actividad o juguete pasa por filtros de seguridad, estética y desarrollo emocional. En este universo hiperregulado, las niñeras son las verdaderas gestoras del equilibrio familiar. Aunque algunos podrían considerar estos gastos excesivos, la realidad es que la fortuna de Kim Kardashian, estimada en 1.7 mil millones de dólares según Forbes, le permite mantener este ritmo sin que represente siquiera un rasguño en sus finanzas.
Ahora bien, para muchos, trabajar con Kim Kardashian significa acceso a un mundo de privilegios y sueldos desorbitados, pero también implica tolerar una presión constante, vivir lejos de la familia y cumplir con estándares casi imposibles. Sin embargo, entre los círculos profesionales del cuidado infantil de élite en Los Ángeles, ser parte del “ejército de niñeras Kardashian” es considerado el pináculo del éxito laboral.