Durante décadas, David Hasselhoff fue uno de los rostros más reconocibles de la televisión mundial. El héroe incansable de ‘El coche fantástico’. El vigilante musculado de ‘Baywatch’. Un ídolo global. Un símbolo de éxito. Sin embargo, el brillo de aquel mito terminó apagándose. Y lo hizo de forma abrupta. Con deudas. Problemas de salud. Y una caída personal que nadie habría imaginado en los años en los que su carrera parecía imparable.
Su declive económico explotó públicamente en 2016. Él mismo confesó a TMZ que estaba en la ruina. Que no podía seguir pagando la manutención de su exesposa Pamela Bach, con quien había estado casado hasta 2006. Durante una década, el actor abonó casi 225.000 euros al año. Una cifra asfixiante. A eso se sumaba la responsabilidad de seguir manteniendo a sus dos hijas, Taylor y Hayley, ya adultas entonces.
Ahogado por las deudas, David Hasselhoff cayó en depresión
Hasselhoff aseguró que solo le quedaban 3.500 euros en efectivo. Una cifra ridícula para quien fue una superestrella. Sin embargo, documentos obtenidos por el medio estadounidense señalaban que aún poseía alrededor de 1,6 millones en propiedades, arte, joyas y vehículos. Un patrimonio inmovilizado, sí, pero insuficiente para afrontar su ritmo de gastos. El actor también se quejaba de que su gira europea había sido un fracaso por la escasa venta de entradas y que no sabía si su reality, ‘Hoff the Record’, resistiría mucho más.

Aquella acumulación de fracasos profesionales coincidió con lo peor de su vida personal. Su depresión se agravó. Su adicción al alcohol se intensificó. Y su imagen pública se tambaleó para siempre. En 2007, un vídeo grabado por su propia hija dio la vuelta al mundo. En él, David aparecía tirado en el suelo, completamente ebrio, intentando comer una hamburguesa. Le decía a Taylor, con dificultad, frases como “Esto es un desastre” o “Me siento solo”. Dos años después, volvió a ser encontrado inconsciente. Para entonces, sumaba siete hospitalizaciones por causas relacionadas con la bebida.
Todo ello tuvo consecuencias legales. Tras el divorcio, debía pagar 21.000 dólares mensuales a Pamela y 4.000 dólares adicionales para sus hijas. Una cantidad imposible de sostener sin trabajo estable. Solicitó una rebaja. Primero a 10.000. Luego a 5.000. Los medios informaban de que, tras haber ganado millones, solo le quedaban 4.000 dólares en el banco. Ella lo llamó mentiroso. Aseguró que su fortuna real era mucho mayor. La batalla parecía no tener fin.
Hayley Roberts es el principal apoyo de un Hasselhoff que se desplaza en silla de ruedas
Con los años llegaron otros golpes. Su salud se deterioró. Le implantaron un desfibrilador para prevenir un infarto. Su estilo de vida pasó factura. El Daily Mail publicó imágenes en las que aparecía usando silla de ruedas en trayectos largos y apoyándose en su actual esposa, Hayley Roberts, en los cortos. Las fotografías desataron preocupación. Una fuente cercana aseguró que el actor “está viviendo con tiempo prestado” y que décadas de excesos lo han destruido por dentro.

Aun así, Hasselhoff intenta seguir adelante. Sonríe cuando aparece en público. Resta importancia a su deterioro. Pero su rostro, su cuerpo y su historia cuentan otra cosa: la de un hombre que lo tuvo todo… y que hoy lucha por no perder lo poco que le queda.