En tan solo una semana todos los españoles estarán pendientes del sorteo de la Lotería de Navidad. Hay personas que no juegan en todo el año, pero el 22 de diciembre es prácticamente una fecha obligada. Si no se ha comprado un décimo en solitario, siempre hay alguien que te pide compartirlo o casi te ves obligado a adquirir alguna participación en el comercio o en el trabajo. Es una fecha clave que devuelve la ilusión a los españoles con esa imaginación de verse como millonarios y con una vida solucionada. Aunque cuando no toca, todos se consuelan con eso de “por lo menos tenemos salud”, que realmente es lo importante porque de momento los millones no compran la muerte.
Desde el verano las administraciones han empezado a formar grandes colas, especialmente algunas tan conocidas como ‘Doña Manolita’ en Madrid o ‘La Bruixa d’Or’ en Sort. Es una parada prácticamente obligatoria. Se buscan décimos en administraciones populares, en ciudades donde tocó el último año, incluso números concretos, pero realmente todos los números están en el bombo y cualquiera puede ser el premiado.
Aunque gastar el dinero en Lotería en la mayoría de los casos será perder dinero porque ni tan siquiera te tocará la vuelta, hay una gran ilusión en participar y que te toque, aunque sea un poco. Sin embargo, hay más probabilidades de que te quedes un año más sin ser millonario. Jugar a la Lotería de Navidad ya es toda una tradición.
David Gozalo corrige algunos errores de los españoles con la Lotería de Navidad
David Gonzalo es un matemático que ha estudiado durante varios años las probabilidades que tiene una persona de que le toque la Lotería de Navidad. “En la Lotería de Navidad la probabilidad es una entre 100.000, es decir, 0,001%. Si comparamos con Euromillones, que tiene 139.838.160 combinaciones y la probabilidad de 0,0000007%, es más factible. Que te toque el Gordo, pues, es "raro, pero menos raro”, dice.
Ha recabado todos los registros desde 1812, y aunque no tiene una fórmula mágica, hace todos los esfuerzos para que alguno de sus familiares o amigos se lleven el premio. Ha analizado que solo hay dos números que han tocado en el bombo dos veces, el 15.640 (en 1956 y 1978) y el 20.297 (en 1903 y 2006).
Según él las personas cometen muchos errores, como no jugar un número alto. A la gente no le gusta jugar números muy bajos, eso es lo clásico, pero el cero puede salir igual que el 99.999”, explica Gozalo. Según su registro, el número más bajo en la historia de la Lotería de Navidad fue el 00.523 en 1828 y el más alto ocurrió en 2021: el 86.148. Lo que nunca sucedió es un Gordo de Navidad con número capicúa.
Desde la matemática no hay ningún número peor que otro. “El error más común es pensar que los números son feos. La probabilidad de que toquen es la misma. Me lo invento: el 88.888 porque solo tiene ocho. Luego están que no te gusta la terminación. Si compras muchos números, al menos asegúrate la terminación y cubres toda la probabilidad del 0 al 9”.
También es poco probable que el número tenga las mismas cifras iguales. “Que salga todo un mismo número tiene las mismas probabilidades que cualquier otro. Ahora bien, si invertimos la pregunta, la cosa cambia: ¿qué probabilidad hay de que el Gordo sea un número con las cinco cifras iguales? Pues como solo hay 10 números así (el 00.0000, el 11.1111, el 22.2222, etcétera), pues la probabilidad es de 0.01%”
Según las estadísticas, es más fácil ganar el ‘Gordo’ que ser atacado por un tiburón en medio del mar. Si quieres que te toque algo sí o sí necesitarás 395 números diferentes, y contra más décimos más aumentas tus probabilidades de hacerte millonaria. “Es muy simple: si quisieras llegar al 5% de probabilidades para ganar el Gordo necesitas 5.000 números diferentes y si simplemente quieres uno de los premios, deberías tener 395 números”, concluye Gozalo.
