El nombre de Curro Romero, el eterno Faraón de Camas, vuelve a ocupar titulares. A sus 91 años, el maestro de la tauromaquia se encuentra ingresado en el hospital Virgen Macarena de Sevilla tras sufrir una neumonía post-covid, una complicación que mantiene en vilo a su familia, amigos y a toda la afición taurina. Mientras tanto, su imponente mansión de Bellasombra, la joya arquitectónica donde lleva dos años viviendo prácticamente en soledad, aguarda el regreso del torero que ha hecho historia.

Lejos del bullicio urbano, a solo siete kilómetros de la capital hispalense, Romero disfruta desde hace tiempo de su primera “casa de verdad”, un refugio que comparte con su esposa Carmen Tello, quien ha sido su apoyo incondicional en estos momentos críticos. La residencia, de aires aristocráticos, refleja no solo la elegancia de la pareja, sino también el recorrido vital de un hombre que pasó de pastor a leyenda del toreo.

Un refugio que recuerda a las casas inglesas del siglo XVIII

Construida con la ayuda del arquitecto Joaquín Sancho, Bellasombra es mucho más que una casa: es un sueño hecho realidad. Con un estilo que rememora las residencias inglesas de campo del siglo XVIII, la propiedad cuenta con jardines sencillos pero imponentes, adornados con palmeras procedentes de Egipto, columnas rescatadas de antiguas casas andaluzas y amplias terrazas que invitan a la calma.

La decoración, pensada por Tello, se mueve entre lo clásico y lo acogedor. Salones en tonos azules y ocres, un comedor en amarillos suaves y muebles de procedencia francesa conviven con recuerdos taurinos del maestro: trajes de luces, cuadros y objetos que repasan su carrera. Para muchos, esta mansión no es solo un hogar, sino un museo íntimo que guarda la memoria de una de las figuras más queridas de la tauromaquia española.

El estado de salud del Faraón de Camas preocupa a Sevilla

La preocupación estalló esta semana cuando se supo que Romero, tras pasar varios días con covid en su domicilio, había sufrido una recaída con fiebre alta y tos persistente, lo que derivó en su ingreso hospitalario. Según ha revelado Carmen Tello, la situación se complicó de forma repentina durante la madrugada, obligando a los médicos a intervenir de inmediato para frenar la neumonía.

El torero permanece en observación, aislado y bajo estrictos cuidados médicos, mientras su esposa lanza mensajes de calma. “Está estable y tranquilo”, aseguró Tello a las puertas del hospital, aunque reconoció que la situación la mantiene “agobiada”. Las muestras de apoyo no se han hecho esperar: amigos cercanos, admiradores y compañeros del mundo taurino han colmado a la familia con llamadas y mensajes de ánimo.

Quienes conocen a la pareja saben que Carmen Tello ha sido siempre la brújula de Curro Romero. Ella no solo le acompañó en sus últimos momentos de gloria en la arena, sino que también diseñó junto a él la vida tranquila que hoy llevan en Bellasombra. “Se quiere igual con 90 que con 40”, dijo emocionada, respondiendo a quienes le recuerdan la avanzada edad de su marido. Ahora, el mayor deseo de la sevillana es que Romero pueda volver pronto a su hogar, ese lugar donde los recuerdos taurinos conviven con las piezas de arte y las antigüedades adquiridas en sus viajes.