La relación de Cristiano Ronaldo con el dinero es extraña: gana mucho pero Hacienda le reclama 30 millones y él reclama al Real Madrid que le suba la ficha a 80 millones. Todo en él es excesivo: la manía por los hijos de gestación subrogada, las celebraciones de los goles que bordean el ridículo y los yates que escoge para pasar las vacaciones. El año pasado ya vivió un incidente cuando agentes armados de la Agencia Tributaria de Aduanas se subieron al yate que navegaba por Formentera. Ahora, mientras no se incorpora a la concentración de la selección portuguesa de fútbol para disputar el Mundial de Rusia, ha escogido otro destino marítimo para sus vacaciones. Esta vez ha tirado hacia un destino adecuado a su gusto excesivo y hortera: Marbella.

 

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Georgina Rodríguez se pasea por Málaga con un look de rusa casada con un oligarca amigo de Putin y CR7 ya no sabe como hacerse la raya. A bordo, Georgina se hace el primer baño del año pero el yate es tan grande que no cabe en el vídeo. La nave se llama Ascari y tiene 40 metros de eslora, hecho de aluminio que le da este color gris, corre mucho y el coste aproximado del alquiler son 90 mil € a la semana. Llamarlo lujo obsceno se queda corto.

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Desde el yate pasando por los estilismos de la pareja hasta la manicura de Georgina, todo evoca a un magnate ruso. Quizás porque CR7 sabe que no ganará el Mundial de Rusia y eso será lo más cerca que estará de un magnate soviético: la fachada.