La escena parecía de postal: Isabel Preysler reapareciendo discretamente tras el fallecimiento de Mario Vargas Llosa para acompañar a su hija Tamara Falcó a la esperada graduación de Alejandro Altaba Iglesias, hijo de Chábeli Iglesias. Sin embargo, detrás del glamour, las sonrisas y los flashes, se esconde un foco de tensión familiar que amenaza con romper la fachada de unidad que la familia ha mantenido durante décadas.

Chábeli Iglesias, siempre reservada pero tajante en sus decisiones, no dejó lugar a interpretaciones: su hermana Tamara era bienvenida a Washington, pero sin Íñigo Onieva. Así de clara fue su petición, provocando una ola de especulaciones que no ha tardado en sacudir los cimientos del clan. La causa es evidente: Íñigo sigue siendo una figura divisoria, y su presencia resultaba absolutamente incómoda para todos, empezando por la propia Isabel, que prefiere evitar conflictos innecesarios en estos momentos delicados.

Una escapada familiar sin presencias incómodas

La intención era clara: convertir la visita a Washington en una escapada íntima de madre e hijas, sin presencias indeseadas que alteren el ambiente. Según fuentes cercanas, Chábeli no ha olvidado el escándalo de infidelidad de Íñigo, que afectó profundamente a Tamara durante un momento de máxima exposición pública. Para ella, su cuñado no tiene lugar en las reuniones familiares importantes, y ha decidido mantener una distancia marcada con él por aquel episodio humillante en el festival ‘Burning Man’ que dejó una huella indeleble en todos los miembros de la familia. Tamara, que en otras circunstancias habría defendido con uñas y dientes a su esposo, aceptó sin quejas el veto, quizás para evitar que la tensión arruinara el día más importante de su sobrino. Porque aunque públicamente intenten proyectar armonía, las grietas en la familia Preysler están más presentes que nunca, y la figura de Onieva solo las profundiza.

El nieto favorito de Isabel Preysler brilla en Washington

Alejandro, el hijo mayor de Chábeli, es mucho más que un joven graduado: es el nieto predilecto de Isabel Preysler, y su historia de superación desde el nacimiento prematuro ha consolidado un lazo especial con su abuela. La celebración de su graduación en Derecho en la prestigiosa American University no solo fue un motivo de orgullo para la familia, sino también una excusa perfecta para reforzar alianzas y marcar distancias internas.

La emoción era evidente en cada gesto de Isabel, quien, con una sonrisa contenida y una admirable fortaleza, acompañó a sus hijas tras la pérdida de Mario Vargas Llosa, con quien compartió ocho años de su vida. En estos momentos difíciles, Isabel busca recuperarse rodeándose de su familia más cercana. Sin embargo, aunque mantiene un perfil discreto, su rechazo velado hacia Íñigo Onieva es un secreto a voces; quienes la conocen saben que sus silencios transmiten más que mil palabras.

Mientras tanto, la familia resurge con renovado ímpetu. Chábeli retoma protagonismo, Enrique Iglesias prepara su esperado regreso a los escenarios españoles en julio, y Julio Jr. y Ana Boyer continúan con sus proyectos personales. Por su parte, Tamara lucha por mantener su matrimonio a flote, enfrentándose a los retos de los compromisos sociales y las tensiones familiares que, aunque invisibles, siguen latentes en su día a día.