Lunes intenso para Cayetana Álvarez de Toledo. La dirigente del PP tuvo un 12 de octubre que no le cabía en el cuerpo de orgullo patrio, su día por excelencia, donde, evidentemente, regaló al personal imágenes patéticas. Primero, en una estatua de Colón en Barcelona donde curiosamente, también se reunieron después unos manifestantes ultras llenando el monumento de simbología franquista y nazi, quemando fotografías de Carles Puigdemont y entonando proclamas nazis. Todo muy demócrata. Pero la marquesa, bien orgullosa de plantar allí la bandera de la "batalla cultural decisiva entre los que defendemos el legado de civilización español, por civilizado, y los que buscan liquidarlo, por español. Por eso celebramos aquí la Fiesta Nacional: ¡Viva España! Y sí: ¡Viva el Rey"!. Chim pum.

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Cayetana Álvarez de Toledo (@cayetanaAT)

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Españolistas intentando quemar una fotografía del president en el exilio, Carles Puigdemont / Sergi Alcàzar

Álvarez de Toledo quizás no tenía bastante con la simbología que se vio en Colón y decidió coger un AVE para imbuirse de españolidad. ¿Dónde? ¿A Madrid, donde vive y donde se decretó el estado de alarma? No. Ella, como muchos otros, se pasó por el forro las indicaciones y fue arriba y abajo durante el puente. Por la tarde, plantándose en Córdoba para ir a ver una corrida de toros. Una tarde donde no faltó de nada en la plaza de toros: un prólogo patriótico donde se exaltó hasta el extremo el día de la Hispanidad, dónde se recordó a la Guardia Civil, y donde el himno de España y los '¡Vivas'! a la nación española no faltaron. Tampoco los homenajes de Morante de la Puebla a Cayetana. Un espectáculo grotesco en una situación alarmante del país, con brindis incluido:

Se cortaron orejas y rabos... A algunos, lo que les falta, es cerebro y vergüenza.