Las cenas de empresa de estas fechas han dejado, seguro, imágenes lamentables a borrar del recuerdo de trabajadores y jefes descontrolados entonando clásicos ochenteros en karaokes tronados y regándose en alcohol como si no hubiera un mañana. Pero la cena que ha celebrado un cuarteto de opinadores de la Meseta traspasa unos mínimos de moralidad. Y no por la foto, sino por el comentario que la acompaña.

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Carlos Herrera, Salvador Sostres, Joan Carles Girauta y Arcadi Espada se reúnen a menudo. Dios los cría y ellos se juntan. Como los siete enanitos de Blancanieves, pero en lugar de siete, cuatro, y en lugar de Blancanieves, Rancianieves. Y ellos, como fachistín, fachistón, indignito y despreciatín. El Trío La-La-Lá aquí se convierte en el Cuarteto Fa-Cha-Chá. Acostumbrados a celebrar festines de cuñadismo, con comidas para parar un tren, café, copa y puro incluidos, el grupo de amigos no es la primera vez que van a un restaurante a ponerse las botas mientras lapidan al procés a la misma velocidad que sorben las cabezas de las gambas o se comen unas costillitas de cerdo.

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Publico

Para celebrar estas fechas navideñas, no han perdido oportunidad de ir a un restaurante. Hasta aquí, todo normal. Lo que es muy miserable es la frase que acompaña la imagen, escrita por el cabecilla del grupo, el presentador de Herrera en COPE: "Empezamos huelga de hambre":

Diecisiete y veinte días. Este es el tiempo que han estado haciendo huelga de hambre Josep Rull y Joaquim Forn y Jordi Sánchez y Jordi Turull respectivamente en la prisión de Lledoners. El jueves pasado su portavoz Pilar Calvo anunciaba el fin de la extrema medida asegurando que "la huelga de hambre ha despertado al Tribunal Constitucional". Ha despertado al Tribunal Constitucional y ha despertado la poca vergüenza de otros. Aunque los presos están bien, han perdido entre un 10 y un 11% de su masa corporal durante estas casi tres semanas de huelga de hambre.

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Òmnium Cultural

Pero Herrera y Cía. han considerado muy gracioso hacer mofa. El último mes, han sido muchos los comentarios ofensivos, despreciables y traspasando líneas rojas que se han podido leer en la red por parte de anónimos hiperventilados que han aprovechado la huelga de unos presos para vomitar bilis y decir barbaridades como que han empezado una dieta para adelgazar a base de batidos proteicos y cosas por el estilo. Pero que cuatro personas que, en teoría, son más leídas, caigan en este recurso fácil y penoso, ha acabado de indignar a más de uno:

En la foto se ve como casi no han dejado ni las migajas. Es lo que tiene el odio, que hay que alimentarlo bien.