Nuevo contratiempo en el viaje que Pepe Soto hace con destino al Puerto de San Blas, en el Panamá. Capitania Marítima del Port d'Eivissa ha denunciado al popular vecino de Castellfollit de la Roca por sacar el precinto de su catamarán y navegar hasta el Puerto de Pollença (Mallorca). Los agentes precintaron su barco, que había construido él mismo, después de comprobar que no tenía los permisos para navegar y por los daños que había sufrido la embarcación. Sin embargo, Pepe decidió retirar el catamarán porque "no "podía asumir" los costes de tener parado el barco en el Puerto de Santa Eulàlia.

Pepe, sin embargo, se excusa diciendo que el motivo para quitar el precinto era que, por una parte no podía hacer frente a los costes de tener el barco amarrado, y de la otra, que la embarcación "estaba sufriendo daños" que no podía reparar en el puerto ibicenco. El navegante explica que ahora está pendiente de que le llegue la citación judicial. "Todavía no sé de qué se me acusará, y de hecho espero que se declare nulo el precinto", dice. Ahora el barco está anclado en el Puerto de Pollença en la isla de Mallorca donde Pepe no tiene que pagar ningún alquiler y desde donde empezará a arreglar los desperfectos que tiene la embarcación, la próxima semana.

Molesto con el trato del Puerto

Uno de los motivos que lo llevó a romper el precinto era que, en la zona donde estaba amarrado el 'Castellfollit', el oleaje provocaba desperfectos. "Veía que se estaba estropeando. La antena se rompió y el casco tenía desperfectos importantes. Quería salir del puerto de Ibiza porque me destrozaba el catamarán".

Pepe no esconde el malestar con el puerto ibicenco, que considera como "el peor de todos lo que he sido hasta ahora". El habitante de la Garrotxa justifica que al ver la situación en la que estaba y dado que "la única opción que me daban a Santa Eulàlia era que rompiera el catamarán, decidí sacar el precinto e ir a Pollença".

Travesía empleada hasta septiembre

Ante todos estos contratiempos, Pepe calcula que hasta agosto no volverá a estar preparado para salir a navegar. De todos modos, recuerda que la época para cruzar el Atlántico es en noviembre para aprovechar los vientos alisios. "Si lo hago antes, me puedo encontrar un huracán", alerta. A pesar de que la voluntad de Pepe por seguir adelante con el viaje es "muy firme" reconoce que no sabe cuál será su estado de salud a finales de verano. "Ahora estoy bien y tengo fuerzas, ya veremos cómo estamos más adelante".

El vecino de Castellfollit de la Roca ha dejado claro que su idea y su sueño son llegar a Panamá, pero explica que la prioridad es devolver el catamarán al pueblo de dónde salió y de quien ha cogido el nombre. "Lo que no puedo permitir es volver sin el barco", sentencia.