Ser asexual es algo que, para muchas mujeres, está mal visto, pues si su pareja no puede satisfacerla de forma sexual, ya no puede ser considerado un hombre. Sin embargo, esto no es lo que opina Ayda Field, esposa de Robbie Williams, quién ha sufrido de problemas hormonales importantes durante gran parte de su vida, y estos “problemas” se han hecho mucho más palpables con el paso de los años.
Lo que sucede con el cantante es que su cuerpo es incapaz de generar más allá de cierta cantidad de testosterona, lo cual, de cierta forma, ha sido un poco un problema para él. Esto ha afectado al cantante de distintas formas, por ejemplo, desarrollar un cuerpo “masculino” es algo que le ha costado mucho, y él mismo ha hablado al respecto. Pero no solo eso, sino que su apetito sexual es mínimo, algo de lo que cualquiera podría pensar que sería un problema en su vida como pareja, pero a este no le ha supuesto casi ningún problema.
Robbie Williams vive muy feliz con Ayda Field pese a no tener sexo, algo considerado por muchos como “lo más importante en una relación de pareja”. Sin embargo, ellos dos afirman que no es necesario tener sexo con tu pareja para ser feliz, además, afirman que con el paso de los años la intensidad de los encuentros sexuales serán menores hasta ser casi inexistentes, y esto es normal, sin embargo…
“Su desempeño era increíble”
Debido a su problema con la testosterona, el cantante británico ha tenido que someterse a tratamiento hormonal, justamente ha recibido cantidades de testosteronas normales para él y cualquier hombre. Durante esta época y según su esposa, el desempeño de Robbie Williams era fenomenal en la cama, ya que la testosterona aumentaba su apetito sexual de una forma increíble, y no solo eso, sino que también le hacía ser mucho más voraz. Sin embargo, el británico tuvo que dejar de recibir este tratamiento por distintas razones: se estaba haciendo adicto y no le gustaba el aspecto que estaba ganando su cuerpo.
Sus hombros se volvieron mucho más cuadrados, algo que se hacía más evidente cada día. Debido a esta incomodidad con su cuerpo, y a que le daba miedo lo de hacerse adicto a la hormona ya mencionada, este dejó el tratamiento de testosterona, pero por un buen motivo. Esto hizo que su desempeño en la cama disminuyera hasta ser casi nulo. De hecho, hoy en día su apetito sexual es inexistente, pero su esposa indica que esto no ha sido problema, pues lo entiende y es cómoda con eso. La pareja no tiene sexo y los medios los han enmarcado como una “pareja asexual”, aunque ellos solo opinan que es el amor lo que los unen y son fieles defensores de que el sexo no hace falta en una relación para que esta funcione.