Belén Esteban está viviendo uno de los momentos más oscuros de su trayectoria televisiva. La que durante años fue coronada como la “princesa del pueblo”, ahora se enfrenta a una realidad que parece sacada de una pesadilla profesional: críticas despiadadas en redes sociales y un programa en caída libre. ‘La familia de la tele’, el proyecto que intentó resucitar la magia del corazón en TVE, se ha convertido en un lastre para la cadena pública, con audiencias que no superan los 450.000 espectadores y que, incluso, han quedado por debajo de La 2. Un hecho inédito que ha encendido todas las alarmas.

La crisis no se reduce únicamente a las catastróficas cifras del share. En redes sociales, la indignación crece como una bola de nieve. Miles de usuarios señalan un hecho que ha abierto la caja de Pandora: el uso de fondos públicos para pagar a figuras como Belén Esteban. La colaboradora, lejos de encontrar apoyo, ha sido increpada duramente tanto en plataformas digitales como en la propia cadena, donde algunos empleados han manifestado su desacuerdo mediante una campaña de recolección de firmas para la cancelación del programa.

El ocaso de una estrella: Belén Esteban confiesa su desesperación

La propia Belén ha roto su silencio. Con una mezcla de resignación y coraje, la televisiva compartió su sentir durante el aniversario de Netflix en España. “Yo me quería ir del programa, pero no me han dejado”, confesó. Su frase dejó entrever lo que ya era un secreto a voces: la tensión interna en “La familia de la tele” es insostenible. “No está siendo nada fácil. Cada uno por nuestra manera de ser lo lleva de manera diferente. Pero también es verdad que al final yo me acostumbré a estar en programas de éxito y la vida real probablemente sea esto. Eso no quita que estoy convencida que mientras tengamos un mañana puede haber un pasado”, añadió con aparente humildad. Pero lo cierto es que las críticas arrecian y la paciencia del público parece estar agotándose. Para muchos, la imagen de Belén se ha transformado: de mujer luchadora a símbolo del derroche y del fracaso de un modelo televisivo que ya no conecta con la audiencia actual. El mito se resquebraja ante las cámaras, minuto a minuto.

TVE bajo fuego: el escándalo del gasto público en un formato que no funciona

Mientras las cifras continúan en caída, el escándalo ha saltado al plano político. Numerosos ciudadanos cuestionan la pertinencia de que un programa con datos tan bajos de audiencia como “La familia de la tele” siga ocupando una franja en La 1, siendo además financiado con dinero de todos los contribuyentes. Las preguntas se repiten: ¿Por qué se mantienen estos salarios? ¿A quién beneficia realmente este proyecto?

María Patiño, siempre combativa, ha salido en defensa del programa, pero ni su vehemencia ha logrado frenar la tormenta. Inés Hernand, por su parte, intenta mantener el optimismo, pero sus declaraciones suenan forzadas. Porque la realidad es evidente: “La familia de la tele” es la sexta opción de la sobremesa, y su permanencia en la parrilla empieza a generar más indignación que interés. Lo que está en juego ya no es solo un programa. Lo que se está tambaleando es la figura mediática de Belén Esteban, cuya popularidad ha entrado en barrena. La ‘princesa del pueblo’ ya no reina. El rechazo social, el bajo rendimiento televisivo y la controversia del dinero público están cavando una fosa mediática que podría ser definitiva.