¡Bombazo informativo! La colaboradora más polémica del corazón, Belén Esteban, ha dejado con la boca abierta a sus seguidores y detractores por igual. La ‘princesa del pueblo’ ha decidido dar un volantazo radical a su carrera, dejando atrás su participación en La familia de la tele, programa que agoniza en las parrillas de RTVE con audiencias de escándalo... pero para mal. ¿El motivo? La necesidad de buscar un nuevo camino antes de que el barco termine de hundirse.
Según fuentes cercanas reveladas en exclusiva por Diego Arrabal en su canal de YouTube, Belén ha sido apartada progresivamente del formato, reduciendo su presencia semanal. Una señal clara de que el fin está cerca y que las puertas de la televisión ya no se abren fácilmente con su nombre. Pero lejos de rendirse, la ex de Jesulín de Ubrique ha decidido reinventarse: ¡ahora quiere conquistar el mundo de las redes sociales!
De la pantalla chica al escaparate digital: el salto arriesgado de Belén Esteban
Aunque muchos recuerdan su fallido intento empresarial con los polémicos Sabores de la Esteban, aquellos gazpachos que inundaron los estantes solo para convertirse en un fracaso de ventas, la colaboradora ha optado ahora por una vía más lucrativa y menos expuesta: convertirse en influencer de marca. Pero no lo ha hecho sola: ha buscado el respaldo de una de las agencias más potentes del país, la empresa dirigida por la madre de Dulceida, la influencer top del panorama nacional.
La decisión no fue impulsiva. Según ha trascendido, Belén lo meditó profundamente durante un viaje a Sevilla, en la comunión de la hija de una amiga íntima. Allí, entre confidencias con Anabel Pantoja, surgió la chispa: dejar la televisión y sumarse al universo de las redes, como ya hiciera su amiga. Fue entonces cuando se acercó al entorno de Dulceida, firmó contrato, y pidió —textualmente— que le buscaran “todo lo que haya... y más”.
El debut de Belén Esteban como influencer: McDonald’s, hoteles y promoción a todo gas
Y dicho y hecho. La que fue estrella de Sálvame ha arrancado su nueva etapa colaborando nada menos que con McDonald’s, enfundada en un mono promocional que ha generado tanto interés como desconcierto. Ahora bien, muchos se preguntan si la imagen de Belén realmente atraerá al público joven o si se trata de un intento desesperado por mantenerse vigente en un entorno que no domina.
Además, los movimientos de Esteban en redes no han pasado desapercibidos. Desde hace días, cada hotel que pisa, cada restaurante que visita, se convierte en escenario de stories, selfies y recomendaciones “espontáneas” que tienen aroma de patrocinio. El problema es que, según apuntan algunos expertos en marketing digital, su perfil no se alinea con los valores aspiracionales que suelen buscar las marcas para impactar en audiencias jóvenes y activas.
La gran pregunta ahora es si Belén Esteban logrará vivir del mundo influencer como lo hizo de la televisión, o si su incursión en este universo será solo un espejismo pasajero. Las comparaciones con Anabel Pantoja son inevitables, pero mientras esta ha cultivado un nicho propio entre fans y marcas, Belén deberá demostrar que puede adaptarse a un entorno mucho más competitivo y visual.