Albert Castillón ha sido, en ausencia de Susanna Griso, el encargado de hacer una entrevista a Espejo público que en manos de cualquier periodista sería difícil porque el invitado tiene una ideología ultra. Pero Castillón no ha levantado ni una ceja. Ni se ha inmutado cuando un ultra le decía que "Junqueras es frío y calculador, nada de hombre de paz". Es el abogado del partido de extrema derecha y, de momento, extraparlamentario VOX. Ahora que Manos Limpias ha desaparecido con su líder pasando por la prisión por extorsión, parece que VOX les sucede como los ultras metidos en los sumarios más sensibles de la justicia española. Ejerce la acusación popular en el caso que ha llevado al gobierno de la Generalitat a prisión. El día que el TS ha decidido que Oriol Junqueres pase unos cuantos meses más en una celda, la entrevista removía el estómago: "Este mes y pico en prisión le ha venido muy bien a Junqueras. Está menos seguro".

Castillón incidía en que Junqueras ha adelgazado y quería saber si el vicepresidente había "rogado" por su libertad: "¿Utilizó la palabra ruego ante el tribunal?". Castillón haciendo puntos ante el unionismo más vengativo. El abogado engominado que es secretario general de VOX ha criticado que Junqueras hiciera referencia a su condición de católico en su alegato ante el TS. Los votantes de VOX han llamado al partido indignados. Ellos son católicos pero ultras. El abogado daba grima con un ademán prepotente y Castillón ni se inmutaba. Para el entrevistado "su delito más grave ha sido enfrentar a los catalanes, crear un ambiente de odio". Otro delito inventado, como aquel del que se acusa a Junqueras y que requiere una violencia que no se ha visto por ningún sitio.

Espejo público hace tiempo que se ha erigido como el programa favorito por los antiindependentistas pero dar 7 minutos a una entrevista en plató a la derecha extrema parece excesivo incluso para ellos. Griso vuelve el lunes. Castillón le ha mantenido limpio el pisito.