Quién más quién menos todo el mundo ha dicho la suya sobre el procés. ¿Qué significa? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué piensan los unos? ¿Qué piensan los otros? ¿En qué punto se encuentra? Los políticos se llenan la boca delante de un atril, ante unos micros, en platós televisivos o dentro de las paredes de Parlaments y Congresos. Los periodistas hacen disecciones juiciosas, envalentonadas, interesadas o libres, según la conciencia de cada uno. Pero en estas cuestiones, a veces la mejor explicación la encontramos en los analistas más inesperados, los cómicos. Y si hay un cómico con mayúsculas en este país, ese es Andreu Buenafuente.

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@andreubuenafuente

El reusense va soltando píldoras cargadas de ironía cada noche en su Late Motiv en el canal #0 de Movistar. Habla con conocimiento de causa. Catalán que vive y trabaja en Madrid y que vuelve a menudo a Catalunya para ir a ver a la madre, como quedó patente en Els meus pares con Gemma Nierga en TV3.

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TV3

Pero este martes el humorista ha protagonizado un monólogo de tres minutos donde ha desgranado a la perfección qué es el proceso. Un análisis quirúrgico. Y para hacerlo, ha tenido la habilidad de ponerse en la piel de otro genio. Un cómico es aquel que cuando dice algo, aporta grandes dosis de realidad escondidas en una sonrisa, una broma o un comentario divertido. Y si hablamos de un mito como Groucho, pongámonos de pie.

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@andreubuenafuente

Por eso Buenafuente, bigote en el rostro, cigarro en la mano, movimiento de cejas, andares característicos, y pantalla en blanco y negro, puso a todo el mundo en su sitio haciendo su explicación sobre el procés.

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Utilizando una película de 1938, El hotel de los líos, una de las más recordadas de los Marx, Buenafuente incorpora todos los clásicos de Groucho y compañía en su análisis. Desde "la parte contratante de la primera parte" hasta "esto lo entendería incluso un niño de cinco años... ¡Que me traigan a un niño de 5 años!" pasando por "estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros". Un monólogo brillante:

Lo que está pasando en Catalunya y España con el procés, da, como se ve, para un monólogo de Groucho. Le proponemos, sin embargo, a Buenafuente, que si quiere, también podría hacer uno poniéndose en la piel de otro hermano Marx, el "mudo" Harpo... Sólo le haría falta estar callado y tocar una bocina de vez en cuando. Tampoco se diferenciaría mucho de muchos políticos que a pesar de no callar, no dicen nada.