Albert Castillón, periodista catalán y número 2 de Susanna Griso en Espejo público, fue ayer uno de los encargados de leer el manifiesto de la concentración anti-catalana en la plaza Colón de Madrid. Entre gritos de "Viva España" y "Golpistas a prisión", Castillón acompañó a los dirigentes políticos de la derecha extrema y la extrema derecha españolas. Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, de cara al sol que se colaba entre las nubes de Madrid, para escuchar atentos las proclamas anticatalanistas de Castillón y sus compañeros María Claver y Carlos Cuesta, columnistas del diario ultra OKDiario.

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Pero todos tenemos un pasado. Albert Castillón, también. Y ya hay quien hurga para encontrarle algún trapo sucio. En la red lo acusan de cambiarse la chaqueta política según convenga, por interés: "En 2005 eras simpatizante de ERC y ahora vas de patriota español". El mismo usuario que quiere dejarlo en evidencia, denuncia también que el colaborador de Susanna Griso le compró una casa "pagando 60.000 euros en negro" y le llama "estafador".

Castillón lo niega y se limita a tildar al chico de "mentiroso". ¿Sería posible que el periodista que ahora comparte en la red propaganda antiindepe y retuitea contenidos como "me molesta toda la mierda amarilla" hubiese sido soberanista y republicano, en el pasado?

Joan Puigcercós decía lo mismo de Enric Millo, que cuando lo echaron de Unió llamó la puerta de ERC, antes de ir a parar al PP. La vida da tantas vueltas que todavía veremos a Albert Castillón renegando de las manifestaciones españolistas y pidiendo la libertad de los presos políticos catalanes a las puertas del Tribunal Supremo.